Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1306

Eugene se fue de la gala nocturna con mucha prisa. Él compró un té para la resaca y le pidió a su conductor que arrancara el coche. Pronto, Eugene llegó a la casa que Fern había alquilado para ella y Rue.

Rue le abrió la puerta. “Papi, estás aquí”. Ella vio la bolsa con té para la resaca que él estaba sosteniendo. Ella extendió la mano para agarrarla. “Dame la bolsa. Voy a hervir el té para mami”.

Eugene sabía que Rue sabía hervir el té, así que le dio la bolsa de té para la resaca.

Él entró directamente en la casa. El olor a alcohol llenó sus sentidos y frunció el ceño de inmediato. “¿Dónde está ella?”.

“Mami acaba de vomitar. La llevé a su habitación y la acosté en su cama”, dijo Rue.

Había dos habitaciones en la casa. Él se dirigió hacia la habitación principal y vio a Fern acostada en la cama sin moverse cuando llegó a la puerta. El hedor a alcohol llenaba la habitación.

Una inexplicable sensación de pesadumbre se apoderó de él mientras daba unos pasos y levantaba a la mujer de la cama. “¿Es así como debe comportarse una madre? ¿Cómo te atreves a dejar que tu hija te cuide después de emborracharte?”.

Fern estaba tan borracha que su mente estaba completamente confundida. La forma en que el hombre la agarró del cuello de la camisa la hizo sentir extremadamente incómoda. Ella frunció el ceño con disgusto. “¿Qué estás haciendo? ¿Quién eres? Vete...”.

Eugene la miró fijamente y se burló con frialdad: “¿Estás tan borracha que ni siquiera puedes reconocerme? ¡Mira claramente y ve quién soy!”. Él le sujetó la nuca y la atrajo hacia su cara.

La cara de un hombre apareció en la visión de Fern, pero estaba terriblemente borrosa. Ella no podía distinguir claramente los rasgos de su rostro, así que preguntó instintivamente: “¿Jeremy? ¿Por qué estás aquí?”.

La expresión de Eugene se ensombreció de inmediato. Las venas de su frente palpitaban. “¿Ese imbécil es el único que está en tus ojos?”.

“Eres tan ruidoso...”, refunfuñó ella con irritación mientras le apartaba la cara con la mano.

Él apartó la mano de ella. “¿Por qué bebiste tanto?”.

Fern lo miró fijamente sin parpadear y finalmente pudo ver su cara con claridad. Su expresión cambió inmediatamente y lo apartó con fuerza. “Tú... ¿Eugene Newton?”.

Eugene levantó la ceja. “¿Por fin sabes quién soy ahora?”.

“Pícaro... ¿Por qué estás en mi casa? ¿Qué quieres hacerme?”. Ella estaba asustada y enfurecida al mismo tiempo, así que siguió moviéndose hacia atrás.

“Agh...”.

¡Él estaba sumido en sus pensamientos cuando, de repente, ella vomitó sobre él!

“¡Fern Thompson!”. Su apuesto rostro se ensombreció de inmediato. ¡Él tenía ganas de estrangularla hasta matarla!

Rue había terminado de hervir el té de la resaca y vio el vómito en la ropa del hombre cuando llevó el té a la habitación. “Oh, papi... Me olvidé de decirte que no te acercaras a mami... ¿Qué vamos a hacer? No hay ninguna ropa con la que puedas cambiarte por aquí”.

Eugene se quitó la chaqueta del traje. “No pasa nada, la lavaré”, dijo él de manera abatida.

“El baño está por allí. Deberías ir a lavarte. Yo cuidaré de mami”.

Él observó mientras Rue ayudaba a Fern a levantarse y le daba un poco de té para la resaca con cuidado. De repente, sintió que era bueno que Rue estuviera al lado de Fern para cuidar de ella.

Después de todo, ella le preocupaba más que Rue.