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El corazón de Sharon dio un vuelco. Ella se levantó inmediatamente y se dio la vuelta. El estacionamiento subterráneo estaba completamente silencioso. Aparte de los coches, no había nadie.
Ella caminó con cautela hacia la dirección en la que había visto la figura. En ese momento, ella vio a alguien escondido detrás del gran pilar.
“¿Quién eres? ¡Sal ahora mismo!”, gritó ella antes de acercarse al pilar.
Nadie le respondió y ella solo pudo escuchar su propio eco.
Ella no se atrevió a acercarse al pilar, así que caminó más hacia el frente mientras mantenía la distancia del pilar. Siguió caminando hasta el otro lado del pilar, pues sospechaba que la persona se escondía allí, pero el lugar estaba vacío.
Toda la tensión de su corazón se disipó. ¿Había visto mal antes?
Ella era la única que se estaba moviendo en todo el estacionamiento, por lo que debía de haber visto mal. Tal vez estaba agotada de cuidar a Bonnie últimamente.
Justo en ese momento, su teléfono sonó en su bolso. Sharon había puesto un tono de llamada especial para Simon, así que ella sabía que la llamada era de él.
Ella sacó su teléfono y contestó la llamada. “¿Aló?”.
La voz baja y melódica de Simon sonó desde el otro lado de la llamada. “Estoy fuera del laboratorio. Sal”.
“¿Viniste a buscarme?”. Ella se relajó por completo mientras una sonrisa se formaba en sus labios.
“Sí”, respondió él.
“Muy bien, espérame”. Como él había ido a buscarla, ella no tenía que conducir por su cuenta hasta la casa.
Sharon salió del estacionamiento con pasos ligeros y alegres. No tardó en olvidarse del incidente de antes.
Por eso, no se dio cuenta de la figura que había salido de la parte trasera de uno de los coches detrás de ella. Un par de ojos la miraban fijamente hasta que su silueta desapareció en la salida del estacionamiento.
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