Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1331

"Pero he escuchado que no tienes ninguna película o anuncio que filmar últimamente. Sin ningún ingreso, ¿cómo vas a pagarme?".

Fern lo miró fríamente. Él conocía su situación actual. No era de extrañar que le pusiera las cosas difíciles a propósito.

"Yo... Esto es solo temporal. No estaré sin proyectos para siempre". Ella creía firmemente en esto.

Eugene entrecerró los ojos y la miró fijamente. Dejó escapar una risa burlona y preguntó: "¿Dónde está Jeremy Ziegler? ¿Por qué no te ayuda en un momento tan crítico como este? ¿No quiere montar una agencia contigo?".

Fern sabía que se estaba burlando de ella. Su cara se puso rígida y dijo: "No es asunto tuyo".

Eugene asintió y dijo: "Es cierto, casi me olvido de nuestro acuerdo. Acordamos no volver a ponernos en contacto. Sin embargo, hoy he hablado mucho contigo. No te quejarás delante del Viejo Amo y le pedirás que me rompa las piernas, ¿verdad?".

¡Sus palabras estaban llenas de hostilidad!

Fern lo miró en silencio.

Sydney, quien estaba sentada a un lado del hombre, dejó escapar de pronto un estornudo. Él recordó al instante que había otra persona a su lado.

Él se quitó la chaqueta del traje y la colocó sobre los hombros de Sydney. "El tiempo es frío por la noche. No te resfríes", dijo en tono amable.

Fern sintió un poco de frío en ese momento. Sus hombros también estaban expuestos...

Ya nadie se quitaba la chaqueta y la colocaba sobre sus hombros.

Justo en ese momento, uno de los miembros del personal le entregó a Eugene la tiara de diamantes rosa empaquetada. "Esta es su compra. Felicidades a usted y a la dama que está a su lado".

Eugene le dijo a Sydney: "Tómala. Te pertenece".

Controló sus emociones y se alejó.

Se recordó a sí misma que había firmado un acuerdo con Eugene. Ninguno de los dos podía romper el acuerdo. Así debía ser por el resto de sus vidas.

......

Sharon fue a visitar a Quincy ese día. Ella llevaba casi un mes recuperándose de sus heridas, por lo que ya se habían curado en su mayor parte.

Todavía estaba aprendiendo a disparar un arma de Claude. No quería convertirse en una poderosa francotiradora como él, pero su puntería era bastante buena.

"Descansa un poco. Claude dice que has estado practicando toda la tarde", le dijo Sharon a Quincy mientras llevaba una bandeja de frutas.

Quincy guardó su arma y se acercó. Se sentó en el extremo opuesto de la mesa y dijo: "Gracias por ayudarme. Creo que debería irme ya. No puedo seguir molestándolos".