Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1392

Después de que Sydney eligiera el vestido que Eugene le recomendó, se volteó para mirar a Fern y le sonrió. "Gracias por ayudarme a elegir un vestido, pero Eugene dice que este vestido me sienta mejor, así que será mejor que elija éste".

"De nada. De todos modos, él es el novio. Él sabrá qué vestido te queda mejor. Deberías escucharlo". Fern se sintió extremadamente irritada, pero tuvo que ser educada frente a Sydney.

Justo en ese momento, un asistente de ventas le entregó un traje a Eugene.

"Presidente Eugene, este es el traje a juego con el vestido de novia que eligió la señorita Sydney. ¿Quiere ponérselo?", preguntó el director de diseño.

Sydney lo miró con expectación. Lo jaló cautelosamente de la manga y habló en tono coqueto: "Póntelo. ¿No tenemos que tomarnos todavía las fotos de la boda?".

Eugene miró a Fern antes de asentir. "De acuerdo".

La dependienta lo guió de inmediato al probador.

A Fern le pareció demasiado aburrido quedarse allí, así que no repasó el contrato una vez más. Se lo entregó al director de diseño después de firmarlo.

Peter pensó que no había ningún problema con el contrato, ya que ella lo había firmado. Firmó el contrato y lo selló también.

"Esta es tu copia del contrato. Ya que has aceptado las condiciones, ven a tomarte las fotos promocionales mañana", dijo Peter.

Fern asintió y dijo: "Claro. Ya me voy si no hay nada más".

"Eres libre de irte". Peter no tenía tiempo de hablar también con ella.

Justo cuando Fern estaba a punto de irse, Sydney la llamó.

Se detuvo a mirar a Sydney, quien aún llevaba el vestido. Aunque su rostro estaba algo desfigurado, cubría las cicatrices con su cabello. Si uno no la miraba de cerca, no se daría cuenta de las cicatrices. Todavía podía considerarse una novia hermosa.

La expresión de Fern se volvió severa mientras decía: "Gracias por tu consideración. Rue necesita ir a la escuela y no está libre para asistir a tu boda". Antes de que Sydney pudiera decir algo más, Fern añadió inmediatamente: "Hay algo más que tengo que hacer ahora, así que tengo prisa. No tengo tiempo para charlar contigo".

Tal vez estaba pensando demasiado, pero seguía sintiendo que la invitación de Sydney era un recordatorio disfrazado. Quería que Fern recordara que en el futuro sería la esposa de Eugene.

Sydney observó cómo Fern salía de la tienda. Una pizca de frialdad cubrió la sonrisa de su rostro.

Después de que Lena y Fern salieran de la tienda de trajes de novia, Lena no pudo resistirse más y exclamó en voz alta: "¡M*ldita p*rra! Casi me muero de asco".

"¿De qué estás hablando?". Fern la miró.

"Fernie, ¿no crees que la señorita Sydney es extremadamente perversa e intrigante? Te pidió que la ayudaras a elegir un vestido, pero rechazó el que tú elegiste para ella e insistió en llevar el vestido que tú llevabas. Para ser honesta, te quedaba mejor que a ella. ¿Qué preferencias tiene el presidente Eugene en las mujeres? ¿Por qué se enamoró de ella?". Lena se quejó sin parar.

A Fern también le irritaba la sonrisa ambigua de Sydney y la forma en que fingía ser cercana a ella.