Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1430

Eugene tomó un sorbo de jugo de frutas después de escuchar a Sharon burlarse de sí misma. Él luego se burló de ella, diciendo: “La única persona que puedes controlar es el hombre que tienes delante”.

Simon se dio la vuelta y lo miró. “No puedes experimentar tal felicidad aunque lo desees”.

Eugene se burló y dijo: “¿Cómo puedes sentirte feliz siendo controlado por una mujer? Parece más bien una autotortura”.

“Tío, aunque sea una autotortura, no tendrás la oportunidad de experimentar tal felicidad en tu vida”. La clara voz de un chico sonó junto a la puerta mientras el dueño de la voz entraba rápidamente en la casa.

Un joven chico de casi 1,8 metros de altura y con rasgos similares a los de Simon apareció. Sin embargo, su aspecto era extremadamente juvenil. Él no desprendía la tranquilidad de un hombre maduro.

La mirada regia de sus ojos hacía difícil apartar la vista de él. Él desprendía una sensación de nobleza.

Sharon estaba muy emocionada con la llegada de su hijo. “Sebastian, ¿por qué has vuelto?”.

Su hijo le había dicho un momento atrás por teléfono que él no estaba libre para volver a casa. Después de todo, él había entrado en el departamento de formación de las fuerzas especiales.

“Es el cumpleaños de mi querida prima. ¿Cómo no iba a volver para celebrarlo con ella?”. Sebastian se rio entre dientes.

“¡Hermano! ¡Quiero un abrazo!”. Bonnie extendió sus cortos brazos al verlo. Aunque rara vez se veían, ella aún lo reconocía.

Sebastian cargó a su hermana con un solo brazo. “¿Me extrañaste?”, le preguntó él.

“Sí, te extrañé”. Bonnie le entregó el vaso de jugo de frutas que no había terminado de beber. “Bebe, hermano”.

“Bébelo tú. No te lo voy a arrebatar”. Sebastian miró a su hermana, que era mucho más joven que él, con una mirada cariñosa.

“Ni siquiera te molestaste en decirle a tu madre que ibas a volver”. Simon miró a su hijo con una expresión severa en el rostro.

“No tendría sentido que le dijera que iba a volver. Puedo darles una sorpresa de esta manera”. Después de entrar en las fuerzas especiales, Sebastian había adelgazado mucho. Sin embargo, desprendía una fuerte sensación de seguridad.

“Tch, tch, si no los conociera a ninguno de ustedes, habría pensado que se trataba de su reunión familiar”, comentó Eugene en tono celoso.

Verifique o captcha para ler o conteúdoVerificar