Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1489

Fern acarició la cabeza de su hija con mucha pena. Luego le pidió a Eugene que saliera de la sala con ella.

Cuando estaban en el pasillo del hospital, le preguntó: "Dime. ¿Qué le pasó a Rue?".

"Unos traficantes de personas la vendieron a una familia de un barrio pobre de las montañas. La familia la compró para que fuera su novia infantil". Eugene le contó el horrendo incidente con las palabras más sencillas que se le ocurrieron.

"¿Qué? La vendieron...". Fern se sorprendió. Luego se llenó de una ira extrema. "¿Cómo se convirtió en el objetivo de los traficantes de personas?".

No podía imaginar lo asustada que debió estar Rue después de haber sido vendida de esa manera. ¿Las heridas de su cuerpo se las había hecho la persona que la compró?

No es de extrañar que sus emociones estuvieran muy inestables en ese momento. Incluso estaba sufriendo un trauma psicológico.

De pronto, la expresión de Eugene se volvió más severa. Le habló con un tono gélido: "Ella no fue el objetivo de los traficantes de personas... La madre de Sydney fue quien la vendió a los traficantes de personas".

Rue fue quien se lo contó. De lo contrario, ¡nunca habría imaginado que la señora Neal fuera capaz de hacer algo tan malvado!

"¿La madre de Sydney?". Fern estaba extremadamente sorprendida. Una oleada de ira surgió en su interior al tiempo que se preguntaba: "¿Cómo pudo hacer algo así? ¿Por qué se desquita con Rue?".

¿Era por ella? ¿Acaso la señora Neal tenía como objetivo a su hija porque pensaba que le arrebataría el hombre de Sydney?

"¡No, debo buscarla!". Fern se dio la vuelta para irse después de hablar. Su hija estaba gravemente herida. Ella no podía dejar las cosas así.

Sin embargo, Eugene extendió la mano para agarrarla. "No te vayas".

Fern no pudo controlar la rabia que llevaba dentro. Se dio media vuelta y le preguntó fríamente: "¿Por qué no? ¿Aún piensas defender a tu suegra?".

Había una expresión extrañamente tranquila en el rostro de Eugene. Su tono también permanecía impasible. "Lo que quiero decir es que deberías dejar que yo me encargue de esto. Solo tienes que acompañar a Rue en el hospital".

"¿Tú? Es tu suegra. ¿Le harás algo?". Ella no confiaba en él.

"¿Qué puede pasar? Estás demasiado paranoica". La señora Neal la acercó y la hizo sentarse. Le dio unas palmaditas en la mano para calmarla. "No tengas miedo. Esa gente garantizó que la niña nunca podría escapar del lugar al que la enviaron. Nadie podrá encontrarla tampoco".

"Pero...". Antes de que Sydney pudiera terminar de hablar, la voz de alguien sonó desde el exterior.

"Presidente Eugene, ha vuelto...", dijo el mayordomo.

El mayordomo aún le estaba saludando cuando Eugene entró en el salón con una expresión fría en el rostro. Exudaba una sensación de gélida hostilidad que evocaba temor en todos. El mayordomo se sintió aterrorizado y retrocedió unos pasos.

"Eugene...". Sydney se levantó, pero su sonrisa se congeló al instante cuando notó la expresión fría en el rostro del hombre. Le preguntó confundida: "¿Qué pasa?". ¿Por qué tenía una mirada tan frígida y asesina?

Eugene fijó su mirada fría y penetrante en la señora Neal. Su voz carecía de toda calidez. "Tú eres la que vendió a Rue a los traficantes de personas, los cuales luego la vendieron a una familia en las montañas para que fuera una novia infantil, ¿verdad?".

La señora Neal escuchó después de levantarse lo que dijo Eugene. Sus piernas se volvieron gelatinosas y casi se cayó sobre el sofá, y su rostro palideció inmediatamente.