Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1503

“Ya que el presidente Eugene ha preparado el desayuno, comeré aquí”. Asher se sentó en el asiento junto a Fern.

Eugene entrecerró los ojos y dijo: “Solo preparé el desayuno para ellas. No hay mucho”. Él se refería a que no había una porción para Asher.

“No pasa nada. Solo probaré un poco para satisfacer mi curiosidad sobre tus habilidades culinarias”. Él no creía que Eugene pudiera preparar algo delicioso.

Él usó su tenedor para tomar un pedazo de panecillo escocés y lo puso en su boca. Sabía... ¡exactamente igual que los panecillos preparados por los cocineros en los hoteles!

¿Cómo era posible? ¡Eugene no podía tener una habilidad culinaria tan excelente!

Él todavía no se lo creía, así que probó otro panecillo. Seguía siendo tan delicioso como el anterior.

Eugene le sonrió ambiguamente al notar el cambio en su expresión. “¿Qué te parece? ¿Son aceptables mis habilidades culinarias?”.

Asher dijo: “Aunque no se pueden comparar con las mías, siguen siendo aceptables”. ¡Él nunca admitiría que las habilidades culinarias de Eugene fueran posiblemente mejores que las suyas!

Rue no pudo resistirse a soltar una carcajada. Ella no esperaba que su padre fuera tan bromista. ¿Debería decirle al tío Asher la verdad?

Fern no estaba sorprendida. Él ciertamente tenía esa habilidad. Era capaz de engañar a los demás con una expresión seria en su rostro.

“¿Por qué te estás riendo, Rue?”, preguntó Asher con confusión.

Ella sacudió la cabeza y resistió las ganas de reír mientras decía: “No es nada”. Ella pensó que era mejor no traicionar a su padre.

Asher le preguntó a Rue con firmeza: “¿Debería prepararte el desayuno mañana?”.

Eugene entrecerró los ojos y lo miró con frialdad. ¿Lo estaba provocando a propósito?

“Eh... Será mejor que le prepares el desayuno a mi madre”. Rue desvió su sombría mirada mientras se aferraba al brazo de su padre antes de preguntar: “Papi, ¿puedes quedarte aquí unos días y hacerme compañía?”.

Con su papá y su mamá allí, el lugar se sentía como un verdadero hogar. Ya no había un vacío de inseguridad en el corazón de la pequeña.