Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1538

Sydney se durmió poco después de que le inyectaran el tranquilizante.

Wyatt salió de la sala con el director del hospital. Cuando estaban en la puerta, el director le dijo: "Parece que la señora Newton solo está ligeramente ansiosa. No tiene que preocuparse demasiado. Puede volver a casa al cabo de dos días".

Había una expresión extraña en la cara de Wyatt después de escuchar lo que dijo el director. "¿Qué quieres decir con que está ansiosa? ¿No has visto lo descontrolada que estaba hace un momento? Si la dejas salir después de dos días, ¿qué harán ustedes si hiere al presidente Eugene durante un episodio maníaco? ¿Van a asumir la responsabilidad de eso?".

"Esto...". Un sudor frío cubrió la espalda del director. ¿Cómo podrían asumir la responsabilidad de algo así?

El director se dio cuenta de la expresión de la cara de Wyatt y le preguntó con cautela: "Entonces... ¿la enviaremos de vuelta a casa cuando se recupere del todo?".

"Por supuesto, hay que darle un tratamiento intensivo. No hay prisa. Se necesita tiempo para curar las enfermedades mentales. Hablemos después de que la curen por completo".

El director quiso decirle que ese tipo de enfermedades mentales no se podían curar del todo, pero sonó como... ¿si no tuvieran intención de que la paciente volviera a casa?

"De acuerdo, dile al presidente Eugene que definitivamente haremos todo lo posible para tratarla".

"Así es". Wyatt asintió. Mientras se preparaba para marcharse, añadió: "Bien, el presidente Eugene donará algo de dinero al hospital para que puedan conseguir mejores instalaciones y medicamentos que ayuden en su tratamiento".

El director sonrió tras escuchar sus palabras. "Tendré que agradecerle al presidente Eugene por su amabilidad. Cuidaremos bien a la señora Newton".

El director acompañó a Wyatt a la salida personalmente y vio cómo se marchaba en su coche. No era fácil ser una esposa en una familia rica. Sería poco probable que Sydney dejara ese lugar después de haber sido enviada allí.

...

Fern se quedó en el hospital durante unos días. Cuando los médicos confirmaron que no le pasaba nada, pudo volver a casa a descansar.

Después de que Sydney causara un alboroto frente a su pabellón, se había mantenido aislada. A veces, se perdía en sus propios pensamientos cuando estaba sola.

El día del alta, Eugene y Rue fueron a buscarla.

El ánimo de Fern por fin mejoró un poco. Entonces les dijo a los dos hombres: "Hoy comeré con la tía de Rue. Ustedes deberían seguir con su día".

Eugene y Asher intercambiaron miradas. ¿Los estaban largando así como así?

"Ya que igual van a comer, cocinaré algunos platos deliciosos para ustedes en casa", dijo Asher, siendo insistente.

"Está bien. Gracias". Fern rechazó su oferta una vez más.

Eugene miró a Asher burlonamente y se mofó: "¿No conoces tus propios límites? Ella ya ha rechazado tu oferta".

Después de hablar, tomó la mano de su hija y rodeó el hombro de Fern con el otro brazo. Luego se dirigió al exterior con ellas. "Vamos a casa".

Fern miró la mano de Eugene en su hombro, pero no se la quitó de encima. Simplemente frunció el ceño.