Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1622

Quincy se encontró con la mirada de Dayton. Era la primera vez que ella veía una expresión tan seria en su rostro.

Ella sonrió débilmente y dijo: “Por supuesto, confío en ti. Eres mi marido y el padre del bebé que llevo en mi vientre”.

Dayton extendió su mano para abrazarla mientras una mirada hostil cruzaba sus ojos oscuros. Él tenía el impulso de quitarle la vida a Tia una vez más.

Incluso si no le quitaba la vida, él tendría que sellarle la boca por lo menos. De ese modo, ¡ella ya no podría decir tales tonterías!

Quincy se apoyó en los brazos del hombre mientras la débil sonrisa en sus labios desaparecía gradualmente. Su corazón se sentía bastante apesadumbrado.

Aunque no había un cambio grande en sus emociones, ella todavía sentía que él estaba actuando de manera diferente a como lo hacía normalmente.

Él se volvió evidentemente más frío después de que ella le preguntara sobre lo que había dicho Tia.

Esto le hizo sospechar que las palabras de Tia tenían algo de veracidad.

Ya que lo pensaba, él había mencionado anteriormente que ella no tenía muchos amigos en el pasado debido a su comportamiento mimado y malcriado. Ella ya no creía realmente en eso.

Aunque no hubiera tenido amigos, ella por lo menos tendría algunos parientes. Sin embargo, nadie había ido a visitarla hasta el momento.

Terry dijo que Dayton había matado a todos los que estaban relacionados con ella para que no se enterara de su pasado.

El terror se apoderó de su corazón. En ese momento, ella empezó a sospechar de él...

...

Tia quería salir de la isla, pero los hombres de Dayton la detuvieron.

“¿Qué están haciendo? No me permitían entrar en la isla cuando llegué. Ahora que me voy, ¿no me dejan salir?”, gritó ella con enojo.

Ella quería irse de la isla de inmediato. Ella quería saber si Quincy había conseguido quedarse con su bebé.

¿Acaso murió con el bebé debido a complicaciones en el parto?

Si no fuera un problema grave, Dayton no habría enviado un helicóptero a buscar a Quincy de inmediato.

Tia siguió luchando. De repente, la soltaron, lo cual la hizo perder el equilibrio y caer sobre el sofá.

Su rostro palideció de rabia. “Ustedes... ¡solo esperen! ¡Haré que Dayton los mate a todos!”. Tan pronto como terminó de hablar, ella trató de salir de nuevo.

Cuatro hombres fornidos bloquearon su camino. Ellos eran como un muro de acero impenetrable. Ella no pudo apartarlos en absoluto.

Justo entonces, apareció un médico vestido con una bata blanca y que llevaba una caja médica. Él le susurró algo al oído de Mitch.

La expresión de Mitch cambió. Luego permitió que el médico entrara en la casa.

Tia miró fijamente al médico que estaba entrando en la casa con confusión. “No estoy enferma. ¿Por qué le pidieron al médico que viniera?”.

El médico tenía puesta una máscara quirúrgica. Él lucía extremadamente profesional. En lugar de responder a la pregunta de Tia, él dejó su caja médica y empezó a sacar algo de su interior.

Él sacó una aguja de jeringa y un líquido. Parecía que estaba allí para ponerle una inyección a alguien.

Tia no pudo evitar sentirse nerviosa. “¿Alguien está enfermo aquí? ¿Le vas a poner una inyección?”. Ella se hizo bolita, como si tuviera miedo de que los hombres de ese lugar tuvieran una enfermedad infecciosa.