Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1651

Quincy frunció el ceño después de escuchar lo que dijo Renee. Como era de esperar… Dayton era un hombre extremadamente vengativo.

Además, si él planeaba buscar a Renee, eso significaba que no quería que ella hiciera algo tan simple como pagarle una compensación monetaria o comprarle un nuevo par de pantalones.

“Avísame cuando te busque”, dijo Quincy.

Renee no entendía bien a Dayton, así que agitó la mano con indiferencia. “No pasa nada, puedo encargarme de ello”.

...

Dayton se sentó y esperó su coche en la entrada del hotel. Él se fue a su casa con una expresión sombría en el rostro.

Justo entonces, Hayley salió corriendo tras él y dijo: “¿Te vas a ir así como así? Mi cena de cumpleaños acaba de empezar”.

“Las cosas ya terminaron de esta manera. Si no me voy, ¿tendré que quedarme aquí y dejar que todos se rían de mí?”, preguntó él con frialdad.

Hayley miró los pantalones del hombre y corrió tras él después de enterarse de lo sucedido.

“La hija de la familia Sullivan es demasiado atrevida. ¿Cómo pudo permitir que una niña le hiciera bromas a los demás?”.

Dayton entrecerró los ojos con frialdad después de escuchar lo que ella dijo. “Así que ese niño es su hijo. ¿No me dijiste que no estaba casada? ¿Por qué tiene un hijo, entonces?”.

“¿Qué? ¿Su hijo? ¿Cómo es posible?”. Hayley había investigado sus antecedentes. Renee Sullivan no estaba casada y era soltera. ¿Cómo podía tener un hijo?

Dayton sonrió maliciosamente y dijo: “Tía, por favor, avísame con antelación antes de mandarme a una cita a ciegas en el futuro. Será mejor que hagas una exhaustiva revisión de antecedentes y te abstengas de presentarme a mujeres con hijos”.

Después de hablar, él cerró la puerta del coche y le pidió al conductor que lo llevara de vuelta a casa.

Hayley se quedó mirando el coche mientras se alejaba delante de ella y comentó con irritación: “¿No eres tú un hombre con un hijo también? ¿Cómo te atreves a quejarte de los demás?”.

Él sería sumamente afortunado si alguien se enamorara de él en ese momento.

“Todos, una nueva amiga se ha transferido hoy a nuestra clase. Tienen que llevarse bien y ayudarse mutuamente en el futuro”. La señora Wellington le pidió entonces a Pequeña Pastelito que saludara a todos y se presentara a la clase.

Pequeña Pastelito no era tímida en absoluto. Ella se presentó con valentía: “Encantada de conocerlos, me llamo Yenny Lane. Pueden dirigirse a mí por mi apodo, Pequeña Pastelito. En el futuro, espero que...”.

Antes de que ella pudiera terminar de presentarse, alguien se rio de repente a carcajadas.

La señora Wellington dijo con severidad: “No se rían cuando su compañera se está presentando. Están siendo irrespetuosos con ella al hacerlo. ¿Quién se acaba de reír?”. Ella no consiguió identificar a la persona que se reía.

Alguien señaló al niño sentado en la esquina. “¡Profesora, Sirius Night fue el que se rio hace un momento!”.

La señora Wellington estaba extremadamente sorprendida. El pequeño amo de la familia Night nunca había tomado la iniciativa de hablar con nadie, y mucho menos de reírse.

Su padre le dijo que tenía autismo, así que todos cuidaban de él con más atención.

La señora Wellington le preguntó con incredulidad al niño que respondió a su pregunta: “¿Lo viste con tus propios ojos? Deja de inventar cosas”.