Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 169

¿Por qué Sharon sintió que había otro significado detrás de sus palabras? Además, la expresión en los ojos de él… ¿Qué sabía?

Como él asistió a la celebración del aniversario de la Corporación Central, eso significaba que estaba relacionado con la empresa. Ella no podía dejarle saber sobre su matrimonio con Simon.

Sharon tosió levemente y cambió de tema. “Riley, te ayudaré a guardar tu ropa”. Mientras decía eso, ella estaba a punto de llevar su maleta adentro.

Riley dijo rápidamente: “No es necesario, no es necesario. Habrá alguien que vendrá a ordenar todo más tarde. Solo eres responsable de hablar conmigo y deshacerte de mi aburrimiento”.

“¿Alguien? ¿Quién?”. Sharon estaba confundida.

Riley dejó escapar una risa seca. “Por supuesto, es la sirvienta que contraté. Mira, tengo que usar muletas para caminar. ¿Cómo podría evitar contratar a alguien para que me cuide?”.

Sharon lo entendía ahora. Eugene había contratado especialmente a alguien para que la cuidara.

Ella suspiró internamente de nuevo. Eugene era realmente muy responsable.

“Cierto, Shar, debería devolverte lo que me pediste que te guardara. Tengo tanta mala suerte que me preocupa no poder cuidarlo bien”. Riley sacó un colgante de jade de una pequeña caja y se lo entregó.

Cuando Sharon se mudó por primera vez a la casa de los Zachary, le entregó este colgante de jade a Riley para que lo guardara. En ese entonces, no sabía qué pasaría después de ir a la casa de los Zachary y tampoco se atrevió a quedarse allí por mucho tiempo, así que decidió no llevar consigo este colgante de jade que le había dejado su padre.

“Está bien, me lo llevaré entonces”. Después de que Sharon tomara el colgante de jade, una sombra se acercó a ella.

Ella escuchó la voz grave de un hombre que decía: “Tu colgante...”.

Sharon miró hacia atrás y vio que la expresión de Eugene se volvía solemne. La mirada de él estaba pegada al colgante de jade en sus manos. Parecía que estaba bastante interesado en su colgante.

Eugene volvió a sus sentidos bastante rápido. Regresó a su comportamiento elegante habitual y preguntó: “Tu colgante de jade se ve muy especial. Nunca antes había visto un colgante como este. ¿Puedo echarle un vistazo?”.