Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1698

Dayton se mostró excesivamente tranquilo. ¡Permitió que Quincy se convirtiera en la presidenta de la empresa y no se enfadó cuando ella lo despidió a él, el presidente, de inmediato!

El consejo de administración esperaba que dijera algo. Sin embargo, Dayton miró a Quincy y les contestó: "Ya que es la decisión de la nueva presidenta, aceptaré su decisión".

Sus palabras hicieron que toda la sala de conferencias, que se había calmado, se volviera ruidosa de nuevo.

"Creo que ambos se han puesto de acuerdo desde el principio. Deberíamos aceptarlo. Nuestras opiniones no son importantes".

"No nos están tomando en serio a pesar de que somos los antiguos directores...".

"No importa, esta es su empresa. No tenemos nada que decir en esto".

"Creo que somos nosotros los que deberíamos irnos".

Por supuesto, la junta directiva no podía aceptar el hecho de que Quincy se había convertido en la presidenta tan pronto como entró en la empresa. Incluso pensaba dirigir la empresa convirtiéndose en la presidenta.

A Quincy le sorprendió la facilidad con la que Dayton aceptaba sus condiciones. En el fondo de su corazón, no creía realmente que él fuera a renunciar a la empresa, aunque lo dijera.

En aquel entonces, tramó su manera de quitarle la empresa a los Lane, ¿no es así?

¿Por qué estaba dispuesto a renunciar a ella en ese momento?

¿Acaso la empresa había perdido su valor para él, ya que estaba a punto de convertirse en un depósito vacío? ¿Era porque no quería limpiar después de ese desastre?

Quincy barrió con su mirada a los directores y dijo en tono gélido: "Si no están satisfechos, pueden dejar el consejo de administración. Aun así, les pagaré todos los dividendos que deben recibir por derecho".

No necesitaba que esos señores la juzgaran. Ella introduciría nuevas caras en la empresa después de tomar oficialmente el control.

No permitiría que el imperio que su padre pasó toda su vida construyendo se derrumbara.

Después de decir eso, más de la mitad de los directores pidieron su renuncia.

Nadie creería en una joven como ella.

Solo quedaban tres o cuatro antiguos directores en el consejo. Fueron los hombres de mayor confianza de su padre.

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