Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 1705

Alguien abrió de repente la puerta de la habitación...

“Joven Señora... usted realmente no puede entrar...”. El mayordomo se apresuró a acercarse a toda prisa. Sin embargo, no pudo evitar que Quincy empujara la puerta.

“Dayton Night...”.

Quincy entró en la habitación con una ardiente furia. Ella se enteró de que él no había estado trabajando en los últimos días y que se quedaba en casa todos los días.

Ya que él no estaba ocupado con el trabajo, ¿por qué se escondía en casa?

Antes de empujar la puerta y entrar en la habitación, ella no tenía idea de por qué él era tan reacio a ir al hospital a visitar a su hijo.

En ese momento, ella lo vio acostado en la cama semidesnudo. Una mujer estaba agachada frente a él, a punto de presionar su cuerpo sobre él...

Su mente se quedó en blanco en un instante cuando vio la escena. Ella casi no pudo reaccionar a tiempo.

¿Él no fue al trabajo o al hospital solo para hacer eso?

“Parece que estoy interrumpiendo”.

Las dos personas en la habitación se voltearon para mirarla cuando ella empujó la puerta para entrar en la habitación. Ellos estaban muy sorprendidos por su aparición.

Quincy se dio la vuelta para irse, pero...

Ella cerró los puños y giró la cabeza hacia un lado para mirar a Dayton. La mujer hizo lo posible por reprimir la rabia que llevaba dentro mientras decía: “Sirius está enfermo, gravemente enfermo. Como su padre, ¿no puedes ir al hospital a visitarlo?”.

Dayton frunció el ceño. Parecía que ella los había malinterpretado a él y a Yvonne.

Él estaba a punto de decir algo cuando Quincy dijo: “Por fin entiendo por qué Sirius está tan mal de salud. ¿Cómo puede estar bien con un padre tan irresponsable y poco cualificado como tú? Tengo mucha curiosidad por saber cómo ha sido su vida en los últimos años”.

“Olvídalo, las personas como tú solo se preocupan por sí mismas. A partir de hoy, Sirius ya no tendrá un padre como tú”. Ella había tomado la decisión por su hijo. Sirius no necesitaba un padre como Dayton.

Había una expresión gélida en el rostro de Quincy. Ella reprimió la rabia que llevaba dentro y se marchó a grandes zancadas.

‘¡Maldito seas, Dayton Night!’.

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