Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 187

Eso fue muy divertido. ¿Por qué él estaba tan enojado? ¿Tenía problemas con Eugene, que iba a redirigir hacia ella?

Simon la miró con ojos profundos. Se acercó a ella con un aura peligrosa con un brillo siniestro en sus ojos. “Sharon, ¿me ignoraste cuando te hablé? ¿No te dije que no te relacionaras con Eugene? No me hiciste caso e incluso llevaste a nuestro hijo al parque de atracciones con él”.

Sharon fue forzada a la puerta por ese hombre. Al principio, ya no era muy espacioso. Ahora, se estaba volviendo cada vez más estrecho a medida que el aire se volvía más y más delgado.

Ella abrió la boca para explicarse, pero luego cambió de opinión. ¿Qué había que explicar?

Ellos solo habían ido al parque de atracciones. No era algo vergonzoso.

“Sí, fuimos al parque de atracciones. Tú no tenías tiempo para nosotros, y él sí, así que, ¿por qué no podíamos ir?”.

“¡Por ​​supuesto que no podían ir! ¡Soy el padre de Sebastian y tu esposo! ¡No Eugene Newton!”. La sien del hombre levemente palpitante reveló lo enojado que estaba en ese momento.

Sharon se encogió ligeramente. Estaba aterrorizada por su aspecto. En todo el tiempo que lo llevaba conociendo, nunca lo había visto así.

“Por… ¿por qué estás siendo tan agresivo? Eres el padre de Sebastian, pero solo nos casamos por contrato. Nos divorciaremos tarde o temprano, ¡así que no tienes derecho a interferir en mis asuntos!”.

Lo que ella dijo hizo que los ojos del hombre se volvieran aún más fríos. Su gran palma le pellizcó la mandíbula de repente mientras decía con una voz siniestra: “Si no soy yo, ¿entonces quién? ¿Eugene? ¿Qué le prometiste?”.

"¿Acaso le prometiste que te divorciarías de mí para estar con él?".

Sharon estaba adolorida después de haber sido agarrada por él con tanta fuerza y ​​crueldad. Los ojos de ella se pusieron rojos y la ira en su corazón surgió. Ella soportó el dolor mientras la ira llenaba su pecho. Luego ella respondió enojada: "Sí, eso es lo que estoy planeando hacer...".

Cuando el hombre separó sus labios para entrar en su boca, ella lo mordió violentamente. En ese momento, el sabor de la sangre se extendió entre ellos.

Él la soltó abruptamente y la miró fijamente con ojos siniestros. Había una mancha de sangre roja brillante en la comisura de sus labios...

El sonido de la respiración agitada de ellos se podía escuchar en el reducido espacio. Los dos parecieron recobrar el sentido.

Había manchas de lágrimas en las comisuras de los ojos de ella. No pudo ocultar la ira y el miedo que tenía hacia él. Ella levantó la mano para cubrirse con cuidado. Luego, mientras intentaba ocultar su agravio, ella dijo: “Si quieres liberar tu ira, ve a buscar a Rebecca. ¡El acuerdo no dice que tenga que servirte!”.

Después de decir eso, ella lo empujó con fuerza. Luego, abrió la puerta del coche y salió corriendo indignada.