Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 201

Simon frunció el ceño profundamente. Debió doler cuando ella tocó su herida, pero él mantuvo su expresión firme y no hizo ningún sonido.

Sharon le vendó la herida de la pierna al hombre rápidamente y se movió para examinar el resto de su cuerpo.

“Dime, ¿estás herido en algún otro lugar?”. Ella lo miró con ansiedad y preocupación. Tampoco estaba en la mejor forma, pero las heridas de ella no eran tan malas como las de él.

Simon se apoyó contra el gran árbol, mirándola intensamente. Su voz era grave. “¿De verdad estás tan preocupada por mí? ¿Te preocupa que muera?”.

Cuando vio lo preocupada que estaba por él, que solo tenía ojos para él, sintió una cierta satisfacción en su corazón.

“¿Por qué sigues hablando de eso en un momento como este? Solo dime, ¿te duele en algún otro lugar? Si no lo dices, te desnudaré y lo comprobaré por mi cuenta”, dijo ella con seriedad.

Simon solo curvó las comisuras de los labios. “Claro, adelante”.

Sharon no estaba de humor para jugar. “Con permiso, entonces”. Ella extendió la mano para desabrochar los botones del hombre, pero en el momento en que sus dedos estaban a punto de tocarlo, él la agarró de repente por la muñeca y la abrazó con algo de fuerza.

Ella luchó en sus brazos. “¿Qué estás…? Mhm...”.

La gran mano del hombre le sostuvo la nuca. Cuando ella miró hacia arriba, él se inclinó y la besó en los labios.

Sharon se quedó inmóvil durante unos segundos antes de volver en sí. ¿Estaba loco?

Él estaba gravemente herido en ese momento. ¡¿Por qué todavía estaba tratando de besarla a la fuerza?!

Esta vez, Simon se tranquilizó. “En ese caso, revisa mi espalda”.

Sharon lo rodeó inmediatamente y le subió la camisa. De todos modos, la tela ya estaba rota y la espalda del hombre estaba manchada de heridas. Ella incluso podía ver algo de sangre saliendo.

El corazón de ella latía con fuerza mientras miraba la ancha espalda del hombre. Esta estaba cubierta de heridas, incluyendo una parte que parecía una quemadura por la explosión del coche.

Cuando ella vio esas heridas y recordó cómo el hombre la había protegido de ellas, sus lágrimas cayeron espontáneamente.

Simon escuchó a la mujer detrás de él sollozar suavemente. Sabía que ella lloraría si veía todo eso, así que no quería que lo viera. Tampoco quería asustarla.