Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 282

Antes de que el pequeño se fuera, hizo que ella prometiera ir a su escuela para una actividad entre padres e hijos.

Sharon llegó a la escuela a tiempo. Los padres de los otros niños ya estaban presentes.

La escuela ya había dicho que ambos padres deberían participar en esta actividad.

Sharon bajó la cabeza para mirar a su hijo. “¿Le pediste a tu padre que viniera?”.

A pesar de que estaban divorciados, se les dio un margen especial a los asuntos relacionados con el niño. Era solo una preocupación que él pudiera estar demasiado ocupado para asistir.

“Lo hice...”. Sebastian se detuvo a mitad de la frase de repente. Vio a la persona que se acercaba a él y agitó el brazo. “¡Tío, por aquí!”.

Sharon se sorprendió. Se dio la vuelta para ver a Eugene caminando hacia ellos con un atuendo casual.

¿Por qué estaba él aquí?

¿Su hijo le pidió que viniera?

“¿Llegué tarde?”. Eugene sonrió y dijo después de que se acercó.

“No, estás justo a tiempo”. El pequeño estaba feliz de verlo.

Por otro lado, Sharon frunció el ceño. “Sebastian, ¿por qué le pediste que viniera? ¿No te pidió la profesora que le preguntaras a tu padre?”.

“Um... Papá dijo que no estaba libre, así que se lo pedí al Tío. Además, ¿no está el Tío Eugene tratando de conquistarte? Pronto será mi nuevo padre, ¿verdad?”.

¿Quién le dijo que Eugene sería su nuevo padre? ¡Qué tonterías!

“Él no está…”.

“Oh, está empezando. Mami, Tío, vengan conmigo”.

Sharon fue arrastrada por el pequeño antes de que pudiera explicar. Parecía que necesitaba encontrar algo de tiempo para explicarle la situación correctamente.

Sharon nunca había esperado que su hijo llamara a Eugene para esta actividad. Obviamente, esto no era apropiado. Inmediatamente le explicó a la profesora: “Señorita Young, es...”.

“Señorita, él está tratando de conquistar a mi mami, así que pronto será mi papá”. El pequeño insistió en ser el primero en hablar.

“Sebastian, no digas tonterías. No es tu papá”. Sharon corrigió al niño con severidad. Ella no quería que continuara este malentendido.

La profesora estaba confundida por ellos. Ella volvió a preguntar: “¿Es tu papá?”.

“No”.

“¡No!”.

Cuando Sharon dijo eso, alguien detrás de ella dijo lo mismo que ella. Además, era la voz de un hombre...

Esta voz fría y profunda era extremadamente familiar. Antes de que pudiera girar la cabeza, la profesora vio quién era y se acercó a él con una sonrisa. “Oh, está aquí, Presidente Zachary. Pensé que ya no era el padre de Sebastian...”.