Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 286

“¿Sabes cómo hacer esto?”. Eugene no pudo soportarlo más.

Después de que Eugene le gritó al doctor, el doctor soltó el frasco de ungüento y éste cayó al suelo. Él siempre había estado en este pequeño consultorio médico donde solo trataba las enfermedades y heridas leves de los niños. ¿Cuándo había visto a dos hombres tan imponentes antes?

Sharon soportó el dolor y dijo: “Lo haré yo misma...”.

Ella extendió la mano para tomar el frasco de ungüento en la mano del médico. Luego, las grandes manos huesudas del hombre se acercaron y agarraron el frasco de ungüento. Él estaba un paso por delante de ella.

Ella volteó la mirada de manera extraña, y al segundo siguiente, el hombre ya estaba sentado junto a su pierna con una expresión fría. Tomó el hisopo de algodón y comenzó a aplicarle el ungüento sin decir una palabra.

Sharon lo miró fijamente y se quedó sorprendida. Solo volvió a sus sentidos cuando sintió el ungüento frío en su tobillo.

Era Simon de nuevo. ¿Por qué estaba siendo tan amable con ella?

Ella no quería deberle nada y no quería que él la cuidara. Después de todo, la mujer de la que tendría que cuidar en el futuro no era ella.

“Gracias, pero puedo hacerlo...”.

Ella quería quitarle el frasco de ungüento, pero el hombre le dijo con frialdad sin levantar la cabeza: “No te muevas”.

Las palabras del hombre la sobresaltaron.

“Mami, quédate quieta. Deja que Papi te aplique el ungüento. Mira, Papi es muy gentil. No te hará daño”.

Sharon miró a su hijo con enojo. ¿No iba en contra de Simon hace un momento? ¿Por qué se ponía del lado de él ahora?

Sin embargo, el pequeño tenía razón. No esperaba que el hombre frígido fuera tan gentil. No le dolió ni un poco mientras él le aplicaba el ungüento en el tobillo.

Curiosamente, Eugene no le dijo nada a Simon. Estaba parado a un lado silenciosamente. Tenía una mano en el bolsillo y sus labios se curvaron en una sonrisa superficial.

Sharon se torció el tobillo así que no podía participar en el resto de las actividades. La actividad de padres e hijos no duró mucho y terminó bastante rápido.

Después de que terminó la actividad, todos abandonaron la escuela.

Sebastian le sacó la lengua. Aún no había dicho nada, así que, ¿cómo sabía su padre lo que quería decir?

“Regresa a casa ahora”. Sharon pudo ver lo horrible que era la expresión de Simon.

El pequeño la besó a regañadientes en la mejilla antes de darse la vuelta para caminar hacia su padre.

Después de ver a su hijo subirse al coche, Sharon se subió al coche de Eugene con su ayuda.

Cuando Sebastian se subió al coche, se arrodilló en el asiento trasero y miró a su mamá desde la ventana.

“Afortunadamente, el Tío Eugene está con Mami”. Después de decir eso, suspiró.

Simon estaba harto de este pequeño traidor. Lo miró con frialdad. “Eres tan joven, ¿de qué estás suspirando?”.

“Papi, ¿por qué no me dejas quedarme con Mami por unos días?”. Él se dejó caer en el asiento. Agarró la mano de su padre con adoración y parpadeó.