Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 307

El hombre se inclinó de inmediato hacia ella y le pellizcó la barbilla con sus largos dedos. “No estoy de humor para bromear. Lo digo en serio, sé mía”. Su tono no dio lugar a protestas.

Sin embargo, la ira comenzó a llenar a Sharon como resultado mientras decía: “Mis disculpas, pero no puedo aceptar”.

Él tenía una prometida con la que se iba a casar algún día. ‘¿No está tratando de lastimarme con una petición tan autoritaria?’.

“Dijiste que estarías harías cualquier otra cosa”.

“Dije... dije nada ilegal o poco ético. ¡No voy a ser tu amante!”.

“Nunca dije que tenías que ser mi amante”.

“Tienes una prometida. Ser tu mujer ahora me convierte en una amante por defecto, ¿no?”.

El hombre frunció sus delgados labios mientras sus ojos oscuros se volvían más profundos. Ella sintió que su mirada la absorbía mientras él le acariciaba suavemente los labios con el pulgar y le susurraba en voz baja y ronca: “Eso no debería evitar que vuelvas a mi lado...”.

Las pupilas de Sharon se contrajeron. ¡No podía creer que palabras tan irresponsables hubieran salido de la boca de ese hombre!

Sharon miró al hombre que tenía delante y se burló. “Así que, ¿quieres que tengamos un amorío en secreto? ¿Me estás diciendo que quieres que sea una mujer vergonzosa a los ojos de la sociedad?”.

El atractivo rostro del hombre adquirió una expresión sombría mientras miraba la sonrisa de ella con frialdad y odio. Simon sintió la necesidad de arrancarle esa sonrisa de la cara y dejó de acariciarla afectuosamente con la mano para poder agarrarla por la mandíbula. Entrecerró levemente sus agudos ojos y preguntó: “¿Qué tiene que ver tenerte de vuelta a mi lado con un amorío en secreto?”. ‘¿Acaso odias tanto esta idea?’.

Sharon sintió que una sensación incómoda surgía en su garganta. “¿Cómo no?”.

El hombre rezumaba un aire de peligro, y sonrió de repente con crueldad antes de soltar una ligera burla. “Piensa lo que quieras, entonces”.

Justo cuando terminó de hablar, inclinó la cabeza hacia abajo para capturar los labios de la mujer con brusquedad.