Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 309

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Estadio de Augurio, una villa de estilo medieval donde vivía Austin.

Había pasado mucho tiempo desde que llegó Eugene y solo estaba allí ese día debido al incidente en el que Sharon estuvo a punto de ser secuestrada.

Mientras estaba sentado en los muebles de caoba de la sala de estar, se podía sentir una frialdad siniestra con todos los muebles de estilo medieval dentro del amplio y silencioso espacio. Un escalofrío recorrió la espalda de Eugene.

A Austin le gustaban las cosas de estilo medieval y, como el hombre mismo, desprendían un escalofrío siniestro.

Después de un breve momento de estar sentado en la silla, Eugene finalmente escuchó el sonido de una silla de ruedas rechinando contra las baldosas. Austin había llegado.

Después de eso, Austin fue colocado a la vista en su silla de ruedas.

“Austin”, saludó Eugene. No había ni una pizca de afecto en su rostro. No estaría allí si no fuera por Sharon.

Austin estaba en sus cuarentas y era un hombre delgado. Nadie sabía qué le pasaba a sus piernas para que requiriera de una silla de ruedas.

“Es una sorpresa verte aquí, Eugene. ¿Por qué la repentina visita?”. La comisura de los labios de Austin se alzó en una sonrisa, pero sus ojos estaban fríos.

“Escuché que una de las diseñadoras de mi empresa fue retenida en su camino a casa por tus hombres, Austin”. Él ya estaba siendo lo más indirecto posible.

Austin sabía que él estaba allí para acusarlo, porque sus hombres habían informado la noche anterior que no habían logrado llevársela. Simon había aparecido y se había llevado a la mujer después de herir a sus hombres.

Él estaba un poco molesto por el hecho de que sus hombres no habían cumplido su orden, pero se sintió intrigado cuando descubrió la relación entre Simon y esta mujer llamada Sharon.

“Es solo un malentendido. Escuché que te encontraste una novia, Eugene, así que quería ver a la mujer que logró despertar el interés de mi hermano. Envié a algunas personas a invitarla, pero mis estúpidos secuaces deben haberme malentendido. Escuché que casi la lastiman, ¿ella está bien?”, preguntó él con una preocupación fingida.