Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 430

“Si ese es el caso, por favor, dime exactamente cómo somos anormales y crueles”, le preguntó con severidad Quinn. Él estaba haciendo todo lo posible por reprimir la furia abrasadora que ardía en su corazón.

Sharon levantó las comisuras de los labios. “Si fueras normal, no hubieras enviado a alguien a secuestrarme sin decirme nada. Si no fueras cruel, ¿habrías contratado a un asesino para que me matara?”, preguntó ella.

Su pregunta hizo que Quinn se callara. La miró fríamente con una expresión rígida en su rostro.

La atmósfera en la sala de estar instantáneamente se volvió gélida. Era extremadamente sofocante. Las cejas de Eugene se arrugaron para formar un ceño fruncido. No se atrevió a pronunciar una sola palabra.

No esperaba que Sharon dijera palabras tan atrevidas frente a su abuelo.

Quinn Newton estaba agarrando con fuerza el reposabrazos de la silla de caoba con una mano frágil. Se sintió un poco sin aliento. Él había vivido durante mucho tiempo, ¡pero nadie le había dicho nunca que era anormal y cruel!

Después de un tiempo, él habló con voz pétrea: “No sabes nada, chica. Sin fuerza y ​​poder, ¿crees que los Newton tendrían el estatus que tenemos hoy?”, preguntó él.

“No estoy interesada en nada de esto. No tienes que decirme nada”, dijo Sharon con una expresión impasible en su rostro.

Al darse cuenta del comportamiento frío de ella, Quinn dijo con enojo: “No importa cuánto te disguste, esta también es tu casa. La sangre de los Newton corre por tus venas. ¡No puedes negar eso!”, gritó él.

“Muy bien, déjame preguntarte entonces. Ya que soy uno de los Newton, ¿por qué me perdieron en ese entonces?”.

Ella le hizo esta pregunta por pura curiosidad, ya que quería saber la razón detrás de su desaparición. Sin embargo, Quinn dejó de hablar después de escuchar su pregunta. Qué extraño.

Eugene, que estaba sentado a su lado, también tenía una expresión extraña en su rostro. Parecía que había más cosas detrás de su desaparición. Debía ser un tema tabú para ellos al ver que no se atrevían a hablar de ello.

“¿Por qué no están diciendo nada? ¿Les resulta difícil responderme?”.

De alguna manera, sus palabras lograron enfurecer a Quinn. De repente, el anciano golpeó la mesa con ira y gritó en voz alta: “¿De verdad no tienes intenciones de regresar a la casa de los Newton? ¿No estás dispuesta a aceptar tu identidad como mi nieta?”.