Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 477

Sharon controló sus emociones rápidamente y cuando se dio la vuelta, había una expresión tranquila en su rostro. Incluso usó una mirada extrañada para mirarlo.

Después de echarle un vistazo, ella le negó con la cabeza a su mentor. "No lo conozco. Creo que está buscando a alguien más". Después de hablar, quiso llevarse a Ceylon y dejar el lugar.

"Sharon, ¿cómo te atreves a decir que no me conoces?". Simon bloqueó el camino frente a ellos mientras sus ojos de águila llenos de frialdad la miraban.

Sharon reprimió la ansiedad en su interior y siguió mirándolo intencionalmente con perplejidad. "Señor, ¿se ha equivocado de persona? No lo conozco".

Franky no pudo soportar ver esto e intervino: “¡Señorita Jeans, tiene un corazón de piedra! El presidente Zachary la ha estado esperando durante dos años, pero ¿las primeras palabras que dice es que no lo conoce?”.

Sharon sintió un pinchazo en su corazón. 'Me ha estado esperando todo este tiempo...'.

"Lo siento, soy Sienna Newton, no Sharon", dijo ella con una expresión fría, haciendo todo lo posible por mantener la calma.

Las pupilas de Simon se encogieron repentinamente mientras seguía mirándola con una mirada interrogante. Tanto su expresión como su actitud estaban insinuando que ella realmente no lo conocía.

Sin embargo, ¡la mujer que tenía delante era obviamente aquella con la que quería casarse!

‘¿Cómo puede decir que no es Sharon?’.

"¿Ni siquiera te atreves a admitir quién eres en realidad solo para evadirme?". Los ojos de Simon se llenaron de frialdad mientras él agarraba la muñeca de ella.

¡Su fuerza era tremendamente abrumadora y Sharon podía sentir un dolor agudo, como si su muñeca estuviera a punto de romperse!

"Tú... ¿Quién eres? ¿Qué quieres? ¡Dije que no te conozco, suéltame!".

Cylon puso una expresión tensa cuando vio esto y dijo: "¡Suéltala!".

Él caminó hacia adelante y quiso tirar de Sharon hacia atrás, pero Franky lo detuvo. "Este es un problema entre el presidente Zachary y la señorita Jeans. Extraños como usted deberían hacerse a un lado".

Ceylon no pudo acercarse más y dijo con exasperación: "¡Ella ya ha dicho que no los conoce!".

Simon la agarró por la muñeca con fuerza y ​​la puso frente a ella. Sus largos ojos de águila se entrecerraron peligrosamente mientras se acercaba un poco más a ella. Él apretó los dientes y dijo con frialdad: "Di una vez más que no me conoces".