Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 584

Fern sabía que Eugene debía tener algo que quería decirle, ya que había ido a buscarla a su casa. Sin embargo, fue un inconveniente para él hablar con ella frente a la niña, por lo que había pospuesto su conversación hasta ese momento.

Ella enderezó su cuerpo, levantó la cabeza y lo miró directamente antes de decir con un tono tranquilo: "Escúpelo".

Eugene se enfadó aún más cuando la vio tan tranquila. Sacó un cigarrillo y lo encendió para no volver a perder el control.

Su imponente cuerpo se apoyó en el coche. Él le dio una larga calada al cigarrillo y después de dejar salir el humo, sus ojos agudos y almendrados miraron a Fern mientras decía: "¿Por qué estás viviendo en un lugar tan terrible con la niña? ¿Te falta dinero?".

Fern lo miró a los ojos durante unos segundos antes de sonreír. "No es la primera vez que escucha de mi lamentable situación financiera".

'¡¿Cómo puede seguir sonriendo?!'.

Eugene frunció el ceño mientras seguía mirándola.

"¿Qué hay de tu salario de embajadora de marca? ¿No acabas de recibir el dinero por ser la cara del perfume de Sharon? ¿Dónde está el dinero?". Según lo que sabía, el sueldo que le daba Sharon era altísimo.

Fern apretó los labios y lo miró con frialdad. "No creo que sea necesario que le informe en qué gasté el dinero, ¿verdad?".

"Es verdad, no tienes que hacerlo, pero mira a tu hija. Mira lo flaca que está. Tienes dinero, así que, ¿por qué no le compras mejores comidas? ¡Estoy empezando a pensar que nunca ha comido algo que llenara su estómago!". No tenía idea de cómo Fern estaba criando a su hija.

Fern sintió un pinchazo en su corazón. ‘¿Me está acusando de torturar a mi hija?’.

Ella sabía bien que su hija estaba flaca, pero eso no era porque no dejara que su hija comiera de manera digna o por una nutrición inadecuada.

La niña siempre tuvo un cuerpo débil. La cirugía cardíaca cuando tenía tres años era básicamente una garantía de que podría vivir... con la condición de que tendría que seguir tomando medicamentos para mantener su salud.

La niña terminó siendo tan delgada debido a que necesitaba tomar tantos medicamentos.

"Ella es mi hija, no tienes derecho a interferir en este asunto".

"Sí, no soy su padre y no tengo ningún derecho a interferir. Pero aún como un extraño, realmente no puedo seguir viendo cómo van las cosas".

Fue como si Eugene hubiera escuchado una broma mientras se echaba a reír. "¿Solo estás actuando? ¿De verdad eres tan ingenua? ¿Crees que el simple hecho de tener habilidades de actuación y que te guste como pasatiempo te hará triunfar en la industria del entretenimiento?".

‘¡Cuando llegue el momento, ni siquiera se dará cuenta de que se está vendiendo a sí misma!’.

Las frustraciones que Fern había estado soportando durante los últimos días hicieron que sus emociones se agotaran. Sin embargo, Eugene se había presentado ese día para burlarse de ella.

Ella lo fulminó con la mirada y dijo, sin darse cuenta de que había levantado la voz: "Nunca pensé en tener éxito. Solo quiero hacer algo que me guste. ¡Deja de menospreciarme!".

Eugene se calmó. "No te estoy menospreciando. Solo te estoy aconsejando que no te involucres en esa industria. Actuar no te conviene".

"Si me conviene o no es algo que solo yo puedo decidir".

Ella era muy terca y no prestó atención a las palabras de Eugene, sin importar lo que este dijera. Finalmente, él no pudo reprimir la ira dentro de sí y la agarró del brazo agresivamente. Tiró de ella hacia él y la miró con frialdad.

"¡¿Quieres que otros te droguen de nuevo y que se aprovechen de ti mientras estás ida?!”.