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La expresión de Sharon se estaba distorsionando. “Es normal que el olor sea el mismo tras plagiar mi fórmula”.
“¡¿Quién demonios es así de despreciable?! ¡¿Quién copiaría el producto de otra persona hasta tal punto?!”. Glady no pudo evitar maldecir en voz alta también.
“También me gustaría saber quién es”. Sharon miró fijamente el frasco de perfume en su mano. Su mente parecía estar llena de pensamientos.
“¿Por qué no llamamos a la policía, Sienna?”, replicó Glady con enojo.
Sharon entrecerró los ojos y dijo: “Tenemos que presentar un informe policial, pero no ahora. Esperaremos hasta que averigüe de antemano quién es el infiltrado”.
Al escuchar esto, algo cruzó por los ojos de Glady y vaciló un momento antes de preguntar: “Sienna, ¿cómo... planeas atrapar a este infiltrado?”.
Sharon volteó los ojos para mirarla. Glady podía sentir que se le apretaba las fibras de su corazón, pero no hubo cambios en su expresión.
“No puedo pensar en una buena manera por el momento”, dijo Sharon con indiferencia.
Glady exhaló un suspiro de alivio en secreto y concordó con lo que Sharon acababa de decir hace un momento: “Tienes razón. ¡Tenemos que capturar al infiltrado!”.
Simon estaba apoyado contra la pared con una mano en el bolsillo del pantalón. No estaba diciendo nada por el momento. Sin embargo, su mirada pasó inadvertidamente por el rostro de Glady.
Eugene escuchó la noticia y también fue al laboratorio.
“Sienna, ¿por qué escuché noticias sobre el plagio de tu perfume? ¿Y la otra compañía incluso lo lanzó antes que tú?”.
“En serio recibes las noticias rápido”. No se sabía si las palabras de Sharon eran un cumplido o si estaban destinadas a ser sarcásticas.
“Mi almacén está esperando el lanzamiento de tu perfume, así que es normal que tuviera que tomar nota del progreso de la producción de tu perfume”. Eugene hizo una pausa por un momento y frunció el ceño mientras preguntaba: “¿Entonces estás diciendo que la fórmula de tu perfume realmente ha sido robada?”.
“Sí, por lo que ya no es necesario que te mantengas actualizado con el progreso. Mi perfume no se venderá en tus grandes almacenes por el momento”.
“¿Cómo pudo pasar esto? ¿No estás buscando una solución?”. Eugene lucía incluso más preocupado que ella.
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