Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 641

Las grandes y cálidas manos de Simon se aferraron a la cintura de Sharon. Él bajó la cabeza deliberadamente para colocarla junto al oído de la mujer y dijo con una voz profunda, mezclada con una pizca de peligro: "Lo sabrás cuando lleguemos a casa".

La oreja de Sharon ardía. Ella supo de inmediato lo que él estaba insinuando, por lo que se avergonzó tanto que no pudo hablar.

“¡Oigan, ustedes dos! ¡Han estado restregando su dulce romance en la caras de todos desde la reunión familiar! ¡Y ahora lo están haciendo de nuevo! ¡Como si no supiéramos cómo hacerlo!".

Habiendo dicho eso, Jim puso un brazo alrededor del cuello de Riley, la atrajo hacia él y le dejó un beso profundo en los labios.

Riley no estaba preparada en absoluto, por lo que se sonrojó de inmediato.

Al ver eso, Sharon aprovechó la oportunidad para alejar a Simon. Tenía tantas ganas de aplaudirle a Jim por hacer eso. Ella imitó el tono de Riley de antes y preguntó: "Riley, ¿por qué tienes la cara tan roja?".

"Me gusta cuando ella hace eso, ¡es demasiado lindo!". Jim le levantó la barbilla y sus labios se curvaron para formar una sonrisa burlona.

Riley apartó la mano con exasperación. "Te lo advierto, ¡no puedes besarme sin mi permiso!".

Jim parecía herido. "Querida, besarte es mi derecho como tu novio".

Sharon miró a la pareja discutiendo con una sonrisa en su rostro. Ella nunca pensó que se juntarían.

¡Riley se convertiría en su cuñada! En retrospectiva, parecía que realmente estaban destinados a conocerse.

Gracias al apoyo de su empresa, Riley había ido al País Y para aprender sobre diseño de modas. Jim también había encontrado la oportunidad de dirigirse al País Y, aparentemente para perseguir a Riley.

"Shar, escuché que ahora estás comprometida. ¿Qué tal si diseño un vestido de compromiso para ti?", dijo Riley mientras comía.

Antes de que Sharon pudiera hablar, Simon dijo de repente: “Puedes diseñar su vestido de novia. Lo usará cuando nos casemos".

Sharon jugueteó con sus manos, algo vacilante. "No estoy diciendo que no, pero... creo que lo que tenemos ahora es genial".

"¿A qué te refieres?". La mirada de Simon se volvió un poco sombría. Él la miró fijamente con un aspecto intimidante.

A Sharon le costaba hablar cuando se enfrentaba a esa mirada suya.

“¿Y si hablamos de esto después? Esperemos hasta que encuentren a mi hermano, ¿de acuerdo?”.

"No te pedí que te casaras conmigo ahora", dijo Simon con la ceja medio arqueada.

Sharon no sabía por qué, pero eso la relajó y la alivió. Sabía que el matrimonio era inevitable, pero aún sentía aversión hacia él.

Ese sentimiento no estaba dirigido a Simon, sino al matrimonio en sí mismo. Quizás sus experiencias anteriores con el matrimonio le habían dejado un impacto psicológico.