Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 741

"Se equivoca. Dejé de ser médico hace mucho tiempo”.

"Estás bien. ¡No eres médico, eres un completo inútil!", gritó Howard. Sin embargo, sus gritos no hicieron nada para ayudarlo a superar su ira. Finalmente, le advirtió: “Haz el antídoto lo antes posible. De lo contrario, ¡considérate hombre muerto!".

Arrojó su teléfono en el sofá en un ataque de rabia y se despeinó el cabello. ¡Tenía que continuar con su plan, incluso si no había un antídoto!

Originalmente, solo tenía la intención de darle a Simon la mitad del antídoto. En cuanto a la otra mitad, se la quedaría él. De lo contrario, no habría forma de que su tío accediera a sus solicitudes.

Xena había querido ir a preguntarle a Howard sobre el antídoto. Sin embargo, escuchó los gritos provenientes del interior de la sala a través de la puerta cerrada. Howard había gritado las últimas palabras en voz alta, por lo que ella pudo escucharlo claramente cuando apoyó la cabeza en la puerta.

Sus labios se curvaron y formaron una discreta sonrisa. Parecía que ya no necesitaba entrar para preguntarle al respecto.

A Sharon no le habían inyectado el antídoto, ¡lo que significaba que no viviría mucho!

Sin embargo, a diferencia de lo que esperaba, ¡Sharon se despertó por la noche!

El médico examinó a Sharon en la sala y les dijo a todos: "Parece que el veneno en el cuerpo de la señorita Newton se ha reducido considerablemente. Eso significa que el antídoto fue efectivo. Ella estará bien una vez que el veneno se disipe por completo".

"¡Eso es genial! Shar, ahora estás a salvo. ¡Dios te ha bendecido!", exclamó Riley mientras corría hacia ella para tomar su mano. No había comido ni dormido bien estos últimos días de lo preocupada que estaba.

La mente de Sharon todavía estaba confusa, y su cuerpo también estaba extremadamente débil. Solo pudo sonreírle levemente a Riley.

"Shar, conmigo a tu lado, ¡podrás recuperarte por completo, me aseguraré de eso!", le dijo Eugene desde el otro lado de la cama. Él también estaba sosteniendo su mano.

Ella se dio la vuelta y les sonrió. La calidez surgió dentro de ella debido al cuidado y la preocupación que le demostraron tantas personas.

Ella vio otra figura parada frente a su cama. Se dio la vuelta para mirar la figura y se encontró con la mirada de Simon, cuyos hermosos rasgos estaban cubiertos de preocupación.

No había pronunciado ni una sola palabra hasta el momento. Tampoco había ningún signo de felicidad en su rostro.