Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 773

Simon estaba sentado en una silla giratoria de cuero en el estudio. Franky cerró la puerta y se fue después de llevar a Xena a la habitación.

La respiración de Xena se volvió errática mientras miraba al hombre que estaba sentado en la silla frente a ella. Él emanaba el aire frío y noble de la realeza.

Ella se acercó corriendo de inmediato al hombre. Ella agarró el dobladillo de sus pantalones de traje y gritó en voz alta: “Simon, estaba equivocada, estaba equivocada. Sé que cometí un error... Pero debes escucharme. No todo es lo que parece. William Sorn me violó anoche. Él…”.

“No tienes que explicarme nada”, la interrumpió Simon con indiferencia antes de que pudiera terminar de hablar.

Xena alzó los ojos llorosos y se quedó mirando la expresión indiferente y sin emociones del hombre que tenía delante. Él no estaba enojado en absoluto. ¡Ni siquiera parecía importarle!

Su esposa se había acostado con otro hombre. ¿Cómo era posible que no estuviera enojado?

Incluso si él no sentía nada por ella, ¡ella seguía siendo su esposa!

“Simon, yo...”. Sus labios se movieron mientras trataba de decir algo. Sin embargo, él simplemente le entregó algunos documentos.

“Lo he firmado. Tú también deberías firmarlo”, dijo él en un tono ligero y despreocupado.

Xena miró los documentos. ¡Eran papeles de divorcio!

“No, no me divorciaré de ti. No quiero el divorcio...”, refutó Xena mientras negaba repetidamente con la cabeza.

Simon la miró con frialdad. “Te equivocaste al engañarme. Siempre y cuando firmes estos papeles y te vayas sin llevarte nada, dejaré pasar este asunto”, dijo él en un tono gélido.

Xena lo miró fijamente con incredulidad. ¿Cuánto tiempo llevaban casados? ¿Se iban a divorciar tan rápido?

“No, no. No quiero nada más. ¡Solo te quiero a ti!”. Ella gimió mientras abrazaba la pierna del hombre. Sin embargo, él la apartó de inmediato, lo cual provocó que ella cayera bruscamente al suelo.

“¿Crees que me gustaría una mujer sucia como esposa?”.

Ella quedó estupefacta tan pronto escuchó las palabras de Simon.

Simon entrecerró sus ojos penetrantes y la miró con frialdad. “Odio a las mujeres que intentan engañarme con sus trucos y conspiraciones. Te dije que Sebastian siempre será mi único hijo. No tendré otros hijos”, dijo él.

“Acaso… ¿Acaso quieres decir que Sharon Jeans es la única mujer calificada para dar a luz a tus hijos? Sabes que ella está loca. ¿No tienes miedo de que ella dé a luz a un bebé loco?”.

Su respiración se constreñió una vez que terminó de hablar. Él estaba estrangulando su cuello mientras se acercaba a ella y le dijo: “¡No permitiré que hables mal de ella!”.

Aunque Xena estaba temblando, encontró esta reacción divertida. “Ja, ja, ja… Tú y tu sobrino son iguales. A ambos les gusta estrangular a la gente para protegerla”. Ella se rio entre dientes.

Las pupilas de Simon se contrajeron. ¿Se refería a Howard?

“Es inutil. Incluso si te divorcias de mí, no podrás volver a estar con ella nunca más. Ella no está destinada a estar contigo...”, dijo Xena. Un sentimiento de alegría se apoderó de ella cuando recordó el hecho de que Sharon no tenía el antídoto que necesitaba para sobrevivir.

“¿Qué es lo que sabes, eh?”, preguntó Simon mientras apretaba más su agarre sobre ella.