Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 777

Sharon abrió los ojos de par en par y lo miró fijamente con incredulidad. ¿Se había vuelto loco? ¿Cómo se atrevía a decir esto frente a todos?

Ella se sonrojó de vergüenza.

Sebastian también se quedó momentáneamente inmóvil por la sorpresa. No era capaz de regañarlo.

“Oh, entonces ambos estaban teniendo una pelea de amantes. Nos equivocamos”.

“¡Maldita sea, estaban coqueteando ante nuestros ojos!”.

Los padres comenzaron a chismear una vez más.

Sharon lo miró con enojo. Ellos ya estaban divorciados. ¿Por qué hacía algo como esto?

¡Qué hombre tan despreciable!

...

Eran las ocho de la noche cuando salieron de la escuela.

Sharon sostuvo la mano de su hijo mientras caminaban juntos. Ella ignoró por completo al hombre que los seguía.

Justo cuando estaban a punto de subirse al coche, dos guardaespaldas los detuvieron en seco.

Ambos sabían para quién trabajaban los guardaespaldas.

“Escoria, ¿qué le quieres hacer a mi mami ahora?”. Sebastian se dio la vuelta y regañó a Simon con irritación. No podía soportar más esto.

Sharon también miró con confusión a Simon. ¿Por qué estaba tramando tantas cosas ese día?

“Permítanme invitarlos a comer para felicitar a Sebastian por obtener un premio”, dijo Simon.

“Gracias, pero no puedo permitirme comer tu comida”, dijo Sharon mientras trataba de alejarse con su hijo. Sin embargo, los guardaespaldas no se movieron.

“¡Piérdanse!”, gritó ella con enojo.

Los guardaespaldas permanecieron clavados en su lugar y Simon se acercó.

“¿Ni siquiera te atreves a comer conmigo ahora?”. La voz divertida de Simon sonó detrás de ella.

“¡Devuélveme a Sebastian!”, gritó ella con rabia.

“No te lo voy a arrebatar. Solo lo llevaré a comer. ¿Piensas quitarme eso de inmediato también?”.

“Tú...”. ¡Él estaba distorsionando todas las formas de razonamiento lógico solo para justificar sus acciones!

Simon no dijo nada más. Él se inclinó y se subió al coche.

“¡Sebastian, bájate!”, le dijo ella a su hijo, que estaba en el coche, con pánico.

Simon dijo: “Cerraré la puerta si no vas a entrar”.

Simon extendió su largo brazo para cerrar la puerta. Ella entró en pánico y lo empujó dentro del coche sin pensar mucho. Luego también se subió al coche.

¡Ella no podía dejar que él se llevara a su hijo así como así!

En el coche, una pequeña sonrisa se formó en los labios de Simon.