Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 806

Sharon estaba extremadamente descontenta con las palabras de Eugene. Su rostro se puso frío mientras lo apartaba.

“Olvídalo. Si no planeas ayudarme, ¡lo haré yo misma!”. Ella continuó recogiendo los escombros con las manos manchadas de sangre.

Eugene sintió que le dolía el corazón por ella y volvió a agarrarle las manos. Él reprendió airadamente: “¡Suficiente! ¿Por qué estás haciendo esto? Sinceramente, ¡Simon estaría mejor muerto! ¡¿Has olvidado la forma en que te lastimó?!”.

Él no tenía ni idea de que todo lo que había hecho Simon se debía a los pequeños planes de Howard. Él de verdad creía que Simon se casó con otra mujer para humillar a Sharon, ya que era parte de sus planes vengarse de ella.

“No... Él no trató de lastimarme a propósito...”. Sharon quiso explicárselo, pero descubrió que había perdido por completo su fuerza.

Ella intentó apartarle las manos una vez más. “Olvídalo. Déjame en paz. Puedo hacerlo yo sola”. Ella no tenía mucho tiempo para explicarle las cosas en ese momento.

Ella se levantó y quiso buscar a Simon en otro lugar. Sin embargo, tan pronto como se puso de pie, su visión se oscureció y lentamente cayó al suelo...

“¡Sienna!”. Eugene se acercó y la atrapó a tiempo. Él podía sentir que la persona en sus brazos se había vuelto liviana y débil como si una ráfaga de viento pudiera hacerla soplar.

Él bajó la cabeza y vio su rostro demacrado pero angustiosamente delgado. Ella debe haber sido incapaz de mantener su conciencia por más tiempo.

Al ver sus manos sangrientas, él no pudo evitar maldecir en voz baja. ¡¿Qué clase de cosa miserable había hecho ella para conocer a un hombre como Simon?!

Eugene la cargó y se apresuró a ir al hospital. De todos modos, ya había suficientes personas rescatando a Simon aquí.

...

“¡No! Simon... ¡No te vayas!”. Sharon se sentó erguida abruptamente en la cama del hospital. Su corazón estaba latiendo violentamente.

“¿Estás despierta? ¿Tuviste una pesadilla?”. Eugene estaba sentado en el borde de la cama. Al ver que estaba sudando profusamente, él la ayudó a limpiarse la frente con un pañuelo de papel.

Sharon lo tomó de la mano y le preguntó: “¿Dónde está Simon? ¿Lo encontraste?”.