Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 808

Después de que el equipo de búsqueda y rescate se fue, Eugene consiguió que otras personas vinieran a echar un vistazo por el área una vez más debido a la insistencia de Sharon.

Él no tuvo el valor para verla llorar con tanta tristeza. ¿Cuál era la necesidad de estar tan alterada por un hombre así?

Incluso si la explosión realmente había matado a Simon, fue debido a una disputa que ocurrió entre los Zachary de todos modos. Ella era simplemente la víctima.

“Hemos buscado por todas partes, Presidente Eugene. Pero no pudimos encontrar a nadie... ”, informó Wyatt.

Eugene miró a Sharon y se encogió de hombros de manera impotente. “¿Escuchaste eso?”.

“¿Nadie? Pero ¿qué hay de Simon? ¿A dónde fue?”. Ella simplemente no podía creer que él muriera así.

“No sé qué más decirte”. Él estaba a punto de decir que Simon probablemente se había desintegrado en cenizas, pero tuvo que cambiar sus palabras por temor a estimularla más.

Sharon aún sostenía ese anillo de bodas en su mano. Ella ahora se sentía algo mareada y casi no podía mantenerse de pie.

Si Eugene no la hubiera sostenido, ella se habría desmayado de nuevo.

Luego, hubo sonidos de pasos que venían detrás de ellos. Fue seguido rápidamente por un llanto triste. “Simon…”.

Penelope había llegado al lugar.

Cuando Penelope miró la villa destruida, pensando que Simon había muerto aquí, su corazón estaba tan dolorido que apenas podía respirar.

Ella se volteó para mirar a Sharon y caminó hacia ella. Sin decir una palabra más, aterrizó una bofetada en su rostro. “¡Fuiste tú! ¡Mataste a Simon, así que eres el siguiente!”.

Después de la bofetada, ella inmediatamente se acercó para estrangular a Sharon. Sus ojos se habían vuelto carmesí, y era como si estuviera perdiendo la cabeza.

“Pen... cof, cof...”. Sharon no pudo murmurar una sola palabra y no sintió nada más que el dolor alrededor de su cuello.

Cuando Eugene vio esto, inmediatamente trató de alejar a Penelope. Él se paró frente a Sharon para protegerla y frunció el ceño con una expresión fría. “¡Tócala de nuevo si te atreves!”.