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Cuando Sharon se bajó del coche, vio a los sirvientes de pie ordenadamente en dos filas. Estaban vestidos con uniformes y les dieron la bienvenida respetuosamente mientras eran guiados por el mayordomo.
“Bienvenida a casa, Señorita Tammy”, dijo el mayordomo, y los sirvientes detrás de él repitieron las palabras.
Tammy ya estaba acostumbrada a esas escenas. Se podría decir que esta era la regla de la Mansión Chester.
Ella levantó un poco la barbilla, mostrando la actitud orgullosa con la que nació. Ella le dijo al mayordomo: “Phil, esta es la distinguida visitante que he invitado a nuestra mansión, la Señorita Newton. A partir de hoy, vivirá en la Mansión Chester. Todos deben servirla bien, ¿entendido?”.
¿Cómo se atreverían los sirvientes a desobedecer sus órdenes?
“¡Sí, Señorita Tammy!”. Los sirvientes respondieron al unísono.
“Señorita Newton, este es Phil, el mayordomo principal de la Mansión Chester. Si no estoy alrededor y no puedes encontrar a Jesse, solo búscalo y él puede resolver cualquier cosa por ti”, le dijo Tammy a Sharon.
Sharon miró al mayordomo algo bajo de estatura y regordete que parecía bastante amable. Sin embargo, ciertamente no había sido fácil para él ser el mayordomo principal de la Mansión Chester.
“Hola, contaré con usted en el futuro”. Dado que acababa de llegar, ella debería ser educada.
“Señorita Newton, a la orden. Es usted la distinguida invitada de la Señorita Tammy y también la distinguida invitada de la Mansión Chester. Todos aquí lo ayudaremos a resolver cualquier problema y le brindaremos un buen servicio”. Él era muy elocuente.
“Gracias”, dijo Sharon con una sonrisa.
“Phil, ¿has preparado la habitación VIP que te dije?”, preguntó Tammy.
“Sí, todo está arreglado. La Señorita Newton puede mudarse a la habitación ahora”.
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