Ten cuidado, mi papá CEO romance Capítulo 904

Summer escuchó la noticia de que Simon accedió a casarse con Tammy y corrió a pesar de su herida. Ella miró con desconcierto a Simon, quien estaba sentado en su silla de ruedas con una mirada inexpresiva en su rostro. Ella frunció el ceño mientras decía: “¿Estás sufriendo una conmoción cerebral? ¿Tienes el cerebro estropeado? ¿Cómo pudiste aceptar casarte con ella?”. Summer creía que él estaba haciendo esto para vengarse de los Chester después de la muerte de Sharon.

“¿Por qué no puedo casarme con ella?”. En comparación con la exasperada Summer, Simon estaba simplemente demasiado tranquilo.

“Sé que estás haciendo esto para vengar a Sharon, pero... debe haber otra forma además de casarte con Tammy Chester, ¿verdad?”. Ella estaba absolutamente en desacuerdo con esta decisión. “No es como si no supieras qué tipo de temperamento tiene ella. Si ella se entera de que te vas a casar con ella por despecho, ¿crees que te dejará ir?”.

Simon se limitó a mirarla con indiferencia y dijo: “Ella sabe exactamente por qué acepté casarme con ella y dice que la Mansión Chester será mía después de casarnos”.

“¡¿Qué?!”. Summer lo miró con incredulidad. Ella hizo una pausa por unos segundos antes de burlarse: “¿De verdad crees en sus palabras?”. ¡Ni siquiera ella creería fácilmente tal cosa!

“¿Y por qué no se puede confiar en mis palabras?”. Tammy entró en la habitación en ese momento y miró a Summer con completo disgusto. ¿Le estaba aconsejando a Simon que no se casara con ella?

Summer se dio la vuelta y se encontró instantáneamente con los ojos llenos de frialdad de Tammy. Ella no pudo evitar decir: “Sabes que él no te ama, entonces, ¿por qué lo obligas a casarse contigo?”.

Tammy se acercó a Simon antes de responder finalmente: “¿Quién te dijo que lo estoy obligando? Si no planeas darnos tu bendición, entonces está bien. Pero no hay necesidad de separarnos, ¿verdad?”. Hablando francamente, Summer sabía que nadie podía obligar a Simon a hacer cosas que no quería hacer.

Ella lo miró e intentó persuadirlo una vez más diciendo: “Sharon ni siquiera ha sido enterrada todavía, ¿y ya estás planeando casarte tan pronto? ¿Planeas no dejarla descansar en paz?”.

Estas palabras por fin causaron un ligero cambio en la expresión de Simon. Él regañó con frialdad: “Suficiente. No es necesario que intentes convencerme. Lo que hago es asunto mío. Si no planeas celebrar con nosotros, vete”.