Resumo de Capítulo 976 – Capítulo essencial de Ten cuidado, mi papá CEO por Internet
O capítulo Capítulo 976 é um dos momentos mais intensos da obra Ten cuidado, mi papá CEO, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Amor, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
Sharon sabía que algo pasaba cuando Riley se quedó en silencio de repente. Ella no la instó a decir nada y se limitó a esperar a que se lo contara. De repente, Riley agarró la mano de Sharon y se la puso en el estómago. “Hay un pequeño ser vivo creciendo aquí dentro”, dijo ella.
Sharon estaba tan sorprendida que no se atrevió a responderle a Riley. Tras un momento de vacilación, ella se quedó boquiabierta y dijo: “¿Estás... embarazada? ¿De quién es el bebé?”. Tan pronto como terminó de hablar, ella sintió ganas de golpearse la cabeza. ¿Por qué le había preguntado algo así a Riley?
“Es el bebé de Jim. ¿Él lo sabe?”. La mirada de Riley se ensombreció.
“No solo lo sabe, sino que además... quiere que aborte”.
“¡¿Qué?! ¡¿Quiere que abortes?!”. Sharon se sentó erguida de inmediato en la cama.
“No te sorprendas tanto”, dijo Riley. Ella también estaba sorprendida por la reacción de Sharon y extendió de inmediato la mano para tirar de ella hacia abajo.
Sharon no podía seguir acostada. Ella frunció el ceño y dijo con enojo: “¡Jim Newton, ese desgraciado! ¿Cómo se atreve a tratarte a ti y a tu bebé así? Cuando lo vea, ¡le daré una lección!”.
“Sabes que él es un mujeriego. No dejará de tontear solo por un bebé”, dijo Riley en tono de burla.
“¿Significa eso que no está dispuesto a asumir la responsabilidad del bebé?”. La expresión de Sharon se volvió más seria. “¿Qué hay de ti? ¿Quieres quedarte con el bebé? Si... quieres ser una madre soltera, tu bebé no tendrá un padre que le haga compañía”.
Riley le lanzó una mirada extraña y preguntó: “¿Por qué no me quedaría con el bebé? El bebé también me pertenece a mí, no solo a Jim. El bebé me tendrá a mí, y eso es suficiente. Además, ¿no diste a luz a Sebastian sola?”.
“Yo...”. Sharon no intentaba aconsejar a Riley que abortara, pero sabía lo difícil que era ser una madre soltera. No sería bueno para el bebé que le faltara el amor paterno desde pequeño. “Te apoyaré sea cual sea la decisión que tomes. Además, te defenderé frente a Jim Newton”, dijo Sharon.
Riley negó con su cabeza y dijo: “No, por favor, no le digas dónde estoy. No quiero verlo”.
“¿Vas a seguir escondiéndote de él?”.
Sharon miró a Simon, quien estaba a su lado. Ella parpadeó y le preguntó: “¿Me quejo mucho?”.
Simon negó con la cabeza y respondió con seriedad: “Me encanta escucharte hablar, así que debes hablarme más”.
Riley no podía soportar más a los dos. Ella agitó su mano y dijo: “Me voy. No quiero volver a verlos actuando tan cariñosamente delante de mí”.
“Te acompañaré hasta abajo”, dijo Sharon.
“No es necesario, solo recuerda lo que te dije. No le digas a Jim sobre mi paradero”, le recordó Riley una vez más.
“No se lo diré a nadie sin tu permiso”.
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