Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 38

Punto de vista de Kelly

Él seguía besándome y la suavidad de sus labios junto con la delicadeza de sus besos, me hacían perder la cabeza. Fue muy fácil para él meter su lengua dentro de mi boca y jugar con la mía, probando cada rincón de mis labios como si fueran de su propiedad. Mi cuerpo había quedado paralizado y… excitado. Recordaba aquel sueño que había tenido antes de verlo en la terraza y no me estaba ayudando mucho. La lujuria se intensificaba y sentía que iba a explotar en cualquier momento.

No podía evitar jadear mientas miraba sus ojos. Sentía que me atrapaba aún más el deseo ardiendo en sus oscuras y profundas pupilas.

Él estaba medio desnudo y pude sentir su duro pecho en mis manos; no me había dado cuenta en qué momento había llevado mis manos ahí.

"Hmm…". Un suave gemido escapó de mis labios.

Me estremecía más cuando sentía sus manos acariciando suavemente mis piernas.

Mi cuerpo se agitaba con cada caricia. Él estaba dominando mi mente y mi cuerpo; ya no podía resistirme más a él.

Sus besos eran apasionados y sus manos ardían. La sensación era bastante intensa. Me estaba llevando al cielo llena de placer.

"¡Oh!". Suspiré contra su boca cuando sentí sus dedos llegar a mi entrepierna.

En ese momento mis labios temblaron, y mis manos se aferraban a sus hombros mientras respiraba agitada como si luchara por mi propia vida.

"Kelly…", susurró mientras sus besos bajaban lentamente a mi cuello.

Había tomado mi zona íntima por completo y yo estaba tan sensible por ese sueño que fue muy fácil para él introducir un dedo dentro de mí. Me hizo gritar de placer incontenible mientras me sujetaba a su cuello.

Mis piernas se abrieron sin mi control cuando él comenzó a mover sus dedos hacia adentro y hacia afuera. Poco a poco, repetía esos movimientos haciendo que mis piernas se estremecieran.

¡Oh Dios!

"Kelly...", gimió. "¡Mierda! Estás tan húmeda, cariño…".

Cerré mis ojos con fuerza. ¡No! ¡No, eso estaba mal! ¡Éramos hermanastros! Le dije que se apartara y le dejé en claro que solo éramos hermanastros. ¿Pero qué demonios estaba haciendo?

¡Maldición! Había tenido un sueño húmedo con él donde lo besaba, ¡pero en ese momento en realidad estaba pasando! y me sentía atraída por él. ¡Oh, mierda! ¿Estaba deseando a mi hermanastro?

Klay de repente mordió suavemente mi oreja y susurró... "Uhm".

"¡Ahh!". Gemí fuerte cuando un líquido viscoso salió de entre mis piernas, cubriendo sus dedos.

¡Maldita sea! ¿Acababa de tener un orgasmo después de que él me lo pidiera?

Sacó sus dedos y me sonrojé intensamente cuando los llevó a su boca lamiéndolos mientras me miraba directamente a los ojos.

Mis labios se entreabrieron cuando se bajó los pantalones y su miembro quedó expuesto.

De pronto recordé a la mujer que vi esperándolo en la sala.