Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 4

Leia Tener hijo con mi mejor amigo Capítulo 4

Este romance, Tener hijo con mi mejor amigo, está COMPLETO. Leia Capítulo 4 e outros capítulos aqui.

O romance Tener hijo con mi mejor amigo, de Internet, atinge circunstâncias dramáticas. Com Capítulo 4, para onde irá o amor do protagonista masculino e da heroína? Siga este romance em booktrk.com.

Pesquisas relacionadas:

Tener hijo con mi mejor amigo Capítulo 4

O romance Tener hijo con mi mejor amigo Capítulo 4

Punto de vista de Kelly

Me encontraba jugueteando con el anillo de bodas en mi dedo mientras lo esperaba. Le había dicho que volviera temprano a casa, pero todavía no regresaba y ni siquiera contestaba mis llamadas.

Bueno, ahora que Lexi había vuelto, probablemente ya no veía a esta casa como su hogar.

De pronto, mis ojos se dirigieron a mi informe de embarazo que estaba sobre la mesa. Qué gracioso. Todavía era tan ingenua para albergar un rayo de esperanza de que las cosas podrían cambiar si le hablaba del bebé, pero este bebé estaba fuera de sus planes.

Por supuesto, Pierce no me obligaría a abortar, no era de ese tipo de hombre. Pero tampoco podría eliminar su obsesión por Lexi. Estaría dispuesto a permanecer en este matrimonio sin amor si sus padres se lo pidieran, pero todo lo que tendría para mí sería un hombre vacío. Ese no era el padre que quería para mi bebé.

En ese momento, me sequé las lágrimas que se acumulaban en el rabillo de mis ojos y agarré el informe. Ya eran las cinco de la mañana cuando miré el reloj de la pared. Intenté marcar su número nuevamente, pero seguía sin responder. ¿En qué estaba tan ocupado? ¿Estaba haciendo el amor con Lexi? Debió haberla extrañado mucho, ¿verdad?

Todavía recuerdo el día en que regresó después de sus primeras vacaciones con Lexi. Su alegría era evidente y al instante me di cuenta de que habían hecho el amor. Ese mismo día regresé a mi habitación y lloré fuerte mientras me quitaba el maquillaje. Nada de lo que había hecho funcionó. Nunca podría reemplazar a Lexi en su corazón.

Sentía como si cientos de kilos presionaran mi pecho, así que decidí darme una ducha para eliminar todos esos tristes sentimientos, pero en el momento en que abrí el armario, vi nuestra ropa íntima entremezclada, lo que me recordó cómo Pierce y yo tuvimos sexo aquí la última vez.

En esa ocasión no usó preservativo y fue tan apasionado que pensé que finalmente había aceptado nuestro matrimonio. Creí que cuando regresara de ese viaje de negocios sería un nuevo comienzo para nosotros, pero en realidad fue el comienzo de nuestro desmoronamiento.

Finalmente, incapaz de reprimir mis sentimientos por más tiempo, me agaché y lloré a gritos. ¿Por qué? ¿Por qué siempre era yo a quien elegían abandonar? ¿Por qué no merecía ser amada?

Pronto, sin saber cuándo, me quedé dormida. Cuando sonó el despertador, inconscientemente toqué la almohada a mi lado. Frío como anoche, no había vuelto a casa todavía. Me burlé de mí misma al ver mi reflejo en el espejo de la cómoda. Los círculos oscuros bajo mis ojos se veían a simple vista y mi cabello era un total desastre, parecía un fantasma.

¿Ves, Kelly? Esto es lo que sucede cuando entras a un matrimonio sin amor sin pensarlo dos veces. Si continúas por este camino equivocado, terminarás rota. Simplemente divórciate. Perdónalo a él y a ti misma. Tu bebé necesita una mamá fuerte.

De repente una oleada de náuseas inundó mi estómago y me di cuenta de que no había comido nada la noche anterior. De pronto, me sentí mal otra vez y rápidamente corrí hacia el lavabo y vomité. Escupí un líquido amarillento que sabía muy mal. De inmediato, me lavé la boca y miré mi propio reflejo en el espejo. Al verme, sacudí la cabeza y tomé mi frente en cuanto sentí ganas de vomitar de nuevo. Volví a escupir el líquido amarillento y mientras me lavaba la boca, sentí una cálida mano acariciando mi espalda.

Inmediatamente levanté la cara y me encontré con un par de ojos marrones que me miraban a través del espejo. Detrás de mí con cara de preocupación estaba mi esposo Pierce. Siempre he estado agradecida de tenerlo como mi mejor amigo y esposo, pero ahora… lo estaba perdiendo. Perdiéndolo irremediablemente.

—¿Estás bien? ¿Te sientes mal? Debiste haberme dicho.

Al instante, lo miré a través del espejo. —No respondiste mis llamadas —contesté.

Ante aquellas palabras, la culpa apareció en sus ojos. —Lo lamento. Tenía cosas que hacer. Me quedé en la oficina toda la noche —afirmó.

Rápidamente, me limpié la cara y pasé junto a él. Pierce me siguió mientras me sentaba frente al tocador y comenzaba a peinarme.

—Kels…

—Me desperté tarde. No pude preparar el desayuno.

Mientras hablaba, intenté evitar sus ojos. Sentía que iba a perder los estribos y gritarle. En ningún momento sentí su egoísmo tan claramente como ahora. Decía que yo era su mejor amiga, pero nunca le habían importado mis necesidades, mis sentimientos.

—Kels... sabes que no te pregunté eso. Estoy preocupado por tu salud... Kels, ¿todavía estamos bien?

Ante aquella pregunta, dejé de peinarme y lentamente nuestras miradas se encontraron a través del espejo, otra vez. ¿De verdad me estaba preguntando eso? ¿Después de que me pidió el divorcio sin siquiera preguntarme si estaba de acuerdo? Él decidió por su cuenta sólo porque su primer amor había vuelto. No podía creer lo que hacía.

Al final, fingí una sonrisa y dije: —No me siento bien hoy, Pierce, eso es todo.

Un instante después, se puso de cuclillas a mi lado, lo cual no me resultó sorprendente porque sabía que realmente se preocupaba. Pero lo que sí me sorprendió fue que hacía todo esto después de enterrar una daga en mi corazón.

—¿Estás bien? —preguntó mientras tocaba suavemente mi frente y mi cuello—. ¿Estás enferma? Dime cómo te sientes, Kels.

Capítulo 4 1

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: Tener hijo con mi mejor amigo