Resumo de Capítulo 49 – Uma virada em Tener hijo con mi mejor amigo de Internet
Capítulo 49 mergulha o leitor em uma jornada emocional dentro do universo de Tener hijo con mi mejor amigo, escrito por Internet. Com traços marcantes da literatura Triángulo amoroso, este capítulo oferece um equilíbrio entre sentimento, tensão e revelações. Ideal para quem busca profundidade narrativa e conexões humanas reais.
Punto de vista de Kelly
Era una mañana tranquila y soleada. Estaba preparando unos ramos cuando escuché el suave tintineo de la puerta y me di cuenta que alguien ingresaba. Me preparé para mostrar una dulce sonrisa y estaba a punto de saludar a nuestro primer cliente del día, pero luego vi quién era.
Con una camiseta negra, jeans descoloridos, zapatos de negros y un collar con un ancla como colgante a la vista, Klay entró mostrando un semblante serio.
Caminó hacia mí, se veía tan guapo vestido de manera informal que una mujer entró a la tienda detrás de él mirándolo de forma descarada con la excusa de estar interesada en las flores.
Me sentí incómoda debido a la discusión que habíamos tenido, pero, a pesar de eso, le dediqué una sonrisa de bienvenida: "Buenos días. ¿Buscas alguna flor en particular?".
Se detuvo a un metro de mí y recorrió el lugar con la mirada. Parado frente a mí, me di cuenta de que era muy alto, me sacaba al menos una cabeza.
"¿Qué flor simboliza una disculpa sincera?".
¿Una disculpa? Seguro que había discutido con Emily y estaba tratando de reconciliarse con flores.
Sonreí de nuevo. "Las flores perfectas para eso son las rosas blancas".
El asintió. "¿Puedes prepararme un ramo?".
"Sí, claro".
Empecé a seleccionar las flores mientras él me miraba. Cuando me di cuenta de que no me quitaba los ojos de encima empecé a ponerme incómoda. Me miraba fijamente, como si estuviera pensando en algo y yo tuviera la respuesta.
Terminé el ramo y se lo entregué. Él lo aceptó y, sin quitarme los ojos de encima, esperó unos segundos y me lo devolvió.
No supe cómo reaccionar y volvía a mirarlo a los ojos.
"Lo siento", susurró.
"¿Qué?", titubeé.
"Perdón por alzar la voz. Lamento haber intentado controlar tu vida, no quise hacerte sentir asfixiada. Nunca tuve la intención de hacerte daño, Kelly. Es que… no sé cómo llevar adelante nuestra situación. Me equivoqué, ¿me perdonas?".
La sinceridad en sus ojos era evidente. Me miraba arrepentido y me pareció un buen gesto. ¿Quién era yo para rechazar sus disculpas? Él trataba de protegerme y lo entendía, estaba preocupado y tenía todo el derecho a sentirse así, porque era mi hermanastro, y a mí ya me habían secuestrado dos veces. Era natural que estuviera tan nervioso.
"Yo también te dije cosas feas. ¿Me perdonas?", repliqué.
Para mi sorpresa, mostró una sonrisa sincera, algo que era muy raro en él, de hecho, no recordaba cuándo había sido la última vez que lo había visto sonreír así. Al ver su expresión en ese momento, me sentí mal porque una vez más me había equivocado con él. No estaba frente a un monstruo, era un ser humano al que habían herido de gravedad al intentar defenderse de manera fría y despiadada. Detrás de su peligrosa máscara estaba la persona en la que había aprendido a confiar desde hacía tiempo.
Él esperaba mi respuesta, y yo negué con la cabeza. "Lo siento, es que… no pensé que alguien como tú estaría interesado en asistir a una gala benéfica. Es… poco común".
Me clavó la mirada y mi sonrisa se desvaneció poco a poco. Sentí que lo había ofendido, así que de inmediato corregí mi postura y miré hacia otro lado.
"Lo lamento, no quise ofenderte".
Suspiró y me tocó la barbilla para que lo mirara de nuevo a los ojos. “Dije que eras la única flor que florecía en mi jardín y tengo la intención de que siga siendo así, que sigas dándome una oportunidad en la vida, Kelly. Si tú puedes florecer con belleza incluso en la oscuridad, yo quiero ser el sol que te aporte luz. Quiero ser igual a ti y ser merecedor de tu confianza y tu perdón".
"Klay…".
"Viví mucho tiempo en la oscuridad, Kelly. He estado tratando de encontrar esperanzas para salir adelante y me di cuenta de que te tengo a ti. Quiero ser una mejor persona, y que puedas confiar plenamente en mí. No quiero volver a ponerte en peligro por ser imprudente y egocéntrico…".
Me quedé sin palabras mientras él me miraba a los ojos. Las emociones que expresaba me estaban ahogando, jamás hubiera pensado que sería capaz de pronunciar palabras como esas. No pude evitar tomar en serio su confesión, ya que nunca me había mostrado sus sentimientos así.
"Estuve en la oscuridad durante los últimos días, estás enojada conmigo y quiero liberarme de ese pesar. Dame otra oportunidad de demostrarte que puedes confiar en mí, valdrá la pena", añadió.
Sus palabras me llegaron al alma, su sinceridad me tocó el corazón. Era mi hermanastro y había estado haciendo todo lo posible para protegerme, incluso le pedí libertad y me la dio, así que no había razón para rechazar sus disculpas.
Le sonreí. "Iré por el vestido que usaré en esa gala benéfica. ¿Estás libre más tarde?".
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