Resumo de Capítulo 50 – Capítulo essencial de Tener hijo con mi mejor amigo por Internet
O capítulo Capítulo 50 é um dos momentos mais intensos da obra Tener hijo con mi mejor amigo, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Triángulo amoroso, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
Punto de vista de Kelly
Estaba de pie frente al espejo de cuerpo entero cuando Klay llamó a la puerta, le había dado mi dirección para que me recogiera, y así asistir juntos a la gala benéfica de esa noche.
Cuando entró, nuestras miradas se encontraron en el espejo: yo le sonreí, él me miró con su habitual seriedad. Me había puesto un vestido negro y, aunque mi panza ya era muy notoria, todavía podía decir con orgullo que el atuendo me quedaba perfecto.
Klay avanzó despacio hacia mí y se detuvo a mis espaldas, por alguna razón, fui incapaz de quitarle los ojos de encima. Llevaba un traje negro y se había peinado hacia atrás. Se veía muy apuesto, y no podía evitar elogiar para mis adentros lo tractivo que se estaba.
Sin mediar palabra, Klay me puso un hermoso collar en el cuello. La elegancia de esa pieza y el color de mi piel complementaba a la perfección el vestido, y me había rizado el cabello largo hasta la cintura.
"Te ves increíble", me susurró al oído Klay. Su cálido aliento contra la parte posterior de mi oreja me hizo estremecer.
Cuando lo miré de nuevo por el espejo, mis ojos fueron directo a sus labios rosados, los cuales me hicieron recordar los besos que supimos compartir. Me había saboreado, me había tocado, pero nunca había hecho nada fuera de lo normal, ni siquiera después de los momentos íntimos que habíamos compartido. Era admirable cómo había sido capaz de contener su deseo aun después de hablar con claridad de sus sentimientos.
¿Cómo había llegado a sentirme tan atraída hacia él? ¿Cuándo me había nacido este sentimiento? Y, sobre todo, ¿por qué?
Maldije al sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo, después de que su dedo me rozara por accidente el hombro desnudo.
"¿Estás lista?", susurró mientras caminaba frente a mí para mirarme a la cara.
Oculté los pensamientos tontos que persistían en mi mente, le sonreí y asentí. Me acercó la cartera y me ofreció su brazo, el cual acepté risueña. Tenía que acostumbrarme a tenerlo a mi lado, después de todo, era mi hermanastro.
***
La noche recién comenzaba y los invitados estaban ocupados en sus asuntos cuando llegamos al salón de actos. Había medios de comunicación por todas partes y nos reconocieron enseguida.
"Señor Carver, ¿quién es su acompañante?".
"Señor Carver, ¿es su novia?".
"¿Es usted la señorita Kelly Monroe? ¿La anterior vicepresidenta de la empresa ADE?".
"Señorita Monroe, se difundieron en línea fotos suyas junto al señor Anderson, ¿están saliendo?".
¿Fotos? No sabía de qué estaban hablando, así que miré a Klay para ver qué hacía al respecto, pero permaneció inmutable mirando a los reporteros que nos rodeaban.
"¿De qué fotos hablan, Klay?", le murmuré con discreción.
Él estaba a punto de responder cuando vino otra pareja y se paró al lado de nosotros: era Pierce, su presencia me hizo sentir muy incómoda. Parecía sorprendido de verme allí, pero creo que aún más después de reconocer a la persona que me acompañaba. Sus ojos mostraban una pizca de ira, sin embargo, lo ignoré.
"Señor Anderson, ¿qué puede decir sobre las fotos que le tomaron con la señorita Monroe y que se difundieron en Internet? ¿Son reales?".
Se me subió el corazón a la garganta y, con mesura, volví a mirar en su dirección, él también me miró.
"No, nada de eso es cierto", respondió sin quitarme los ojos de encima. Me sentí mal por él, porque, en definitiva, lo estaba negando horas después de haberme confesado que estaba enamorado de mí. Yo ya había superado la relación, pero no pude evitar sentir empatía.
"¿Hasta cuándo vas a seguir jugando con mis sentimientos, Pierce?".
Klay me llevó a una mesa redonda que estaba vacía, me acercó una silla y nos sentamos allí. Volvió a tomarme de la mano, debía admitir que encontraba en él una actitud contenedora, porque me hacía sentir que no estaba sola en ese lugar lleno de invitados.
No nos quedamos hasta el final del evento, después de que Klay donara una gran suma de dinero, nos fuimos sin demoras. Se ofreció a llevarme de regreso a casa y no me negué. Mientras esperábamos que el valet acercara el auto, sentí que me dolía el tobillo, y Klay debió notarlo, porque se arrodilló frente a mí.
"Klay", dije sorprendida, pero él me ignoró.
Empezó a masajearme la zona donde me dolía, y la verdad me estaba ayudando.
"Debí traerte las pantuflas", bromeó mientras me levantaba la cabeza y me miraba.
Solté una risa tonta, y él continuó masajeándome el tobillo hasta que el auto se estacionó frente a nosotros. Estaba a punto de caminar hacia el asiento del pasajero cuando de repente me levantó en brazos y me cargó hacia el interior del auto, el valet se adelantó y nos abrió la puerta.
"No tienes que hacer eso". Él me abrochó el cinturón de seguridad, la verdad, estaba muy agradecida por todo lo que había estado haciendo por mí.
"Pero quiero hacerlo". Luego se dirigió al asiento del conductor, yo le sonreí.
Condujo en silencio mientras yo miraba el cielo nocturno desde la ventana. Cuando llegamos a mi apartamento, me sorprendió ver a Pierce apoyando contra la puerta de casa. Tenía las manos en los bolsillos y todavía llevaba puesto el mismo traje que en el evento.
Debió sentir nuestra presencia, porque levantó la cabeza y me miró. En ese instante, la respuesta al periodista sobre las fotos en línea vino a mi mente y exploté de la ira.
"Kelly...", dijo mi nombre y estaba a punto de caminar hacia mí, pero me adelanté y agarré el brazo de Klay e hice que se inclinara para besarle los labios.
Lo hice frente a Pierce, sin pensar bien lo que hacía. Mi mente era un caos, lo único que sabía era que no tenía ganas de hablar con él esa noche, ni siquiera quería verlo, así que, si besar a Klay en su presencia lograba ahuyentarlo, lo iba a hacer una y otra vez.
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