Tener hijo con mi mejor amigo romance Capítulo 7

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Kelly

Me di vuelta lentamente y estoy seguro de que palidecí cuando vi a dos personas paradas a unos metros de nosotros. Por el rabillo del ojo, vi a Pierce todavía en el suelo, mirando a los recién llegados con cara de sorpresa.

"A… Abuela…", murmuré, mientras sentía que se me secaba la garganta.

Ella sacudió la cabeza mientras reía nerviosamente. "Debo estar escuchando cosas. ¿Cómo están todos? Los extrañé a todos, así que decidimos venir a visitarlos."

"Abuela..." Pierce se levantó y caminó hacia su abuela.

Ella lo había criado, y por eso él la amaba y respetaba mucho. Cubrí mi boca cuando la abuela ignoró a Pierce y miró hacia otro lado.

Respiré hondo y reuní todo mi coraje para hablar de nuevo... "Abuela, lo siento..."

Ella me miró con lágrimas en los ojos, "Mi… ¿Mi nieto te ha lastimado, Kelly?"

Sacudí la cabeza. "No, abuela. Él es el más dulce de los hombres. Es solo que yo… Yo... siento que necesito dejarlo ir porque en realidad no somos el uno para el otro."

"Kelly...", escuché a la Sra. Anderson sollozar.

La abuela negó con la cabeza y le acarició la mejilla. El abuelo inmediatamente se unió a ella y la apoyó cuando casi perdió el equilibrio.

Sentí que mi corazón casi dejó de latir por lo sucedido. Sin embargo, permanecí en mi lugar mientras observaba a Pierce intentar ayudar a su abuela.

Ella asintió lentamente y sonrió con amargura. "Quiero que ustedes dos terminen juntos porque sé que tienen una conexión más profunda. Sé que se cuidarán el uno al otro y se amarán más que a nadie. L… Lamento haberlos puesto en una situación complicada. Yo…Yo solo pensaba…"

"Abuela…", dije, y corrí hacia ella y tomé sus manos. Sacudí la cabeza y le sonreí. "Lo sé... conocemos tu intención, por eso lo intentamos. Lo intentamos, abuela, pero no funcionó. Lo siento…"

"Perdón por mentir, abuela. No quiero lastimarte porque eres como una verdadera abuela para mí", agregué.

La cena no terminó bien. El Sr. Anderson se marchó luego de la crisis emocional de la abuela. Ella lloró y me pidió perdón por ponerme en aquella situación, pero no era su culpa porque, incluso si me hubiera amenazado para que me casara con su nieto, de no ser por mis sentimientos hacia Pierce, no lo habría hecho.

"Kelly..."

Me detuve en seco después de que Pierce dijera mi nombre, casi en un susurro. Ahora estábamos en casa y no podía enfrentarlo. La conversación con su familia realmente no terminó bien. Incluso si la abuela hubiera dicho que estaba bien que fuera mi decisión, sabía que la estaba lastimando por dentro. Sabía que tenía roto el corazón.

"¿Quisiste... decir lo que dijiste?" Su voz sonaba cansada y sin vida.

Apreté mis labios y estrujé mi bolso.

Con un suspiro, me volví lentamente para mirarlo. Me miraba directamente a los ojos, como si en realidad estuviera esperando que yo lo mirara.

"Sí, todo lo que dije lo dije en serio, Pierce."

Tragó con fuerza. Había algo en sus ojos… Confusión, dolor y agradecimiento. No sé por qué estaba siendo así, pero no estaba haciendo esto sólo por él. También lo hacía por mí. Quería una familia de verdad para mi bebé, pero no me iba a conformar con lo poco que él podía ofrecerme. Lo amaba, pero amaría más a mi bebé.

"Kels, no te estás distanciando por esto, ¿verdad?"

Mi frente se arrugó. ¿Esperaba que me quedara con él incluso después de todo aquello? Eso me pareció egoísta.

"Kels..."

"Pierce, estoy cansada. Hablaremos mañana", le respondí.

Suspiró y asintió lentamente. Caminó hacia mí y me dio un beso en la frente. Cerré los ojos con fuerza cuando sentí que mi corazón se desgarraba.

Iba a extrañar aquello. Iba a extrañar todo sobre él. Su cariño, su amor, su sonrisa, su risa, todo. ¡Dios! Si tan sólo hubiera podido quedarme con él…

"Buenas noches, Kels."

Abrí los ojos y asentí hacia él. Le di la espalda y subí las escaleras. Él me seguía y sentí sus miradas sobre mí mientras caminaba hacia la habitación de invitados.

Supongo que ese era nuestro destino. Simplemente estábamos destinados a ser mejores amigos y nunca iríamos más allá de eso.

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