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THE RISE OF THE KINGDOM OF THE SUN romance Capítulo 27

—No quiero —Dantalian puso un puchero y se plantó—, no quiero conocer más gente.

Bael boto aire, Dantalian estaba feliz hasta que lo había visto entrar por la puerta.

Para su sorpresa, Haniel que se había quedado a dormir y cuidado de que nadie se llevara a Dantalian, intervino saliendo del baño junto a Jessy, que al parecer le había dado un baño de burbujas.

Sabía que Haniel era un maldito niño de 6 años, pero no le gustaba nada cómo veía a Jessy.

—Podrás enseñarle tus poderes a mi papá —habló Haniel—, y él podrá enseñarte a usar sus poderes de fuego.

—¿Enserio? —Dantalian se acercó a Haniel—, ¿Podrá enseñarme a hacer esa bola gigante de fuego?

Haniel asintió y Dantalian se emocionó, pidiéndole a su mamá que los llevara rápido.

Bael miró de manera asesina a Haniel y este le saco la lengua.

—Esperen abajo un momento —dijo Bael con amabilidad—, voy a hablar con mi querido hermano.

Jessy le dio una mirada de “no le vayas a hacer nada a ese pobre niño” y Dantalian ni lo miró, sino que le dijo a Haniel que se apurara.

—Tu ya te estas pasando de la raya pequeño renacuajo —Bael se acercó amenazadoramente a Haniel—, ¿Crees que no sé qué es lo que estás haciendo?

Haniel en vez de retroceder asustado, se enfrentó a su hermano mayor.

—¿Qué vas a hacerme? —bufo Haniel sacando una paleta pequeña de su ropa—, ¿Pegarme?, si me tocas un pelo, no llamaré a mi papá, llamare a alguien peor.

—No te atreverías.

—¡Llamaré a Gabriela! —lo señaló Haniel—, le diré que me amenazaste, que me pegaste y que me hiciste llorar.

Bael gruño. Gabriela adoraba a Haniel, lo veía como su hijo en vez de su hermano. Le cumplía todos sus caprichos y defendía todas sus travesuras a capa y espada. Una vez Haniel le dijo que él y Angel le habían hecho llorar, Gabriela los mandó al hospital por dos días.

—¡Eres un renacuajo traicionero! —Bael retuvo sus ganas de ahorcarlo—, ¡Pudiste llamarme a mí en vez de mi papá cuando encontraste a Dantalian!

—En mi defensa, pensé que tal vez estabas metido en un problema y por eso escapó —se encogió de hombros—, tenía un cuchillo y quería atacarte a muerte, me pareció que lo mejor sería llamar a papá.

Bael suspiro, podía imaginarse a Dantalian enojado, corriendo por el bosque con un cuchillo. A pesar de sus poderes, aún era un niño pequeño e inocente.

Miro a su pequeño hermano, Haniel daba realmente miedo. Ese niño era demasiado inteligente, hablaba y actuaba como adulto. A su edad, Bael ni siquiera se sabía el abecedario. Creía fielmente que su papá debería dejar que lo examinaran, era un niño demasiado anormal.

—Deberías estar más preocupado en que no te odie —replicó Haniel—, yo no hice nada para que lo hiciera.

—Tu y mi papá ya le caen bien —gruño Bael—, pero no importa lo que haga, me odia. Sigue asustado por cómo nos conocimos.

—No es por eso —negó Haniel—, mi papá apareció prendido en fuego, es por otra cosa.

—¿Otra cosa?

—Ayer me pregunto si jugabas conmigo, si me has cuidado, si alguna vez me has dejado solo —Haniel se lamió los labios con caramelo—, y cuando le dije que nunca me has dejado, se puso a llorar muy fuerte. Piensa que abandonaste a su mamá por él.

Fue como si a Bael le incrustaran una espada flameante en su corazón.

—¿Qué?

—Nos pusimos a jugar toda la noche debajo de la cama con una linterna para que nadie nos escuchara —siguió Haniel—, me contó como era su manada, me contó que su mamá trabajaba hasta que sus manos se lastimaran, que él se esforzaba en aprender a cazar para que tuvieran carne que comer, han sufrido mucho ¿sabes?

Bael intentó que las emociones negativas no lo embargaran.

—Pensó que estabas muerto o encarcelado, por eso que no podías ir con ellos —Haniel miraba a su hermano—, está enojado contigo por hacer que su mamá sufra cuando tu estabas aquí siendo un príncipe que vive en un castillo, le intente decir que vivimos en un palacio y no en un castillo, pero no ayudó.

—Yo… —por cosas como estas no podía evitar seguir odiando a Gunnar y a la asquerosa madre de Jessy—, yo jamás… ¡Yo no los abandone!

—A mí no me lo digas, no sé qué paso —replicó Haniel—, se lo tienes que hacer entender a él, si no, siempre te odiara.

***

Jessy le sonreía a su hijo, pero por dentro se retorcía. Lo único que la calmaba un poco era que la gemela de Bael no iba a estar presente, pero Bael tenía numerosos hermanos y primos. Alguno posiblemente reaccione como el primo Estefan de Bael, que quiso matarla ahorcándola.

El padre de Bael era realmente atemorizante, no solo por sus gestos serios y ese porte intimidante. Su aura era terrorífica, su loba chillo escondiéndose en lo más profundo de su ser cuando lo vio. Todos sus sentidos, tanto de loba como de humana, le pidieron a gritos que huyera. No sabía cómo reaccionaría ahora que estaría en su presencia más tiempo prolongado.

Haniel era el menor de todos, era el niño más extraño y amenazador que conoció. Era tan inteligente que podía haber estado manipulándola sin que se diera cuenta.

Si así era su hermano menor de su mate.

¿Cómo serían los demás? ¿Cómo sería su madre?

CAPÍTULO 27.- primer fragmento 1

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