Samara pov:
Estoy en un lugar extraño, nunca he estado aquí, pero todo es hermoso.
Es un cuarto algo parecido al mío, solo que los colores son diferentes y tiene un no sé qué, que lo hace diferente. Es de tonos azulados con blanco.
Me paro de la cama y me dirijo a la puerta.
Salgo de la habitación y esto no se parece en nada a la mansión, es tan diferente.
Sigo caminando por un pasillo lleno de puertas. Al terminar el pasillo hay unas escaleras, bajo por ellas y veo un hermoso salón de baile con unos hermosos ventanales.
Pareciera como si todo estuviera hecho de oro.
- ¿Hermoso verdad? - escuche una hermosa y melodiosa voz.
Volteo en dirección de dicha voz, y veo a una chica de piel morena, cabello negro y ojos cafés. Es muy linda.
Está en la parte de arriba de la escalera.
Sonríe - Disculpa el no presentarme, hola soy Terra. Tú debes ser la nueva.
- ¿Nueva? - pregunte desconcertada.
- Disculpa que no te allá presentado el lugar- alzo sus brazos- Estás en el palacio de los sueños.
- ¿Palacio de los sueños?
- Exacto- empezó a bajar las escaleras, llevaba un hermoso vestido.
Era de color verde jade muy claro; el vestido era de un modelo parecido al que se les veía a los dioses griegos, tenía también un cinturón dorado. En su cabeza llevaba una corona de rosas hecha de oro, que rodeaba toda su cabeza.
- Aquí vienen las mentes de las personas que tienen un sueño "duradero", si tu sueño llegara a durar más de lo habitual vendrás aquí- me dijo con una sonrisa.
- ¿Y cuánto tiempo llevo dormida? - pregunte preocupada.
- Solo vas 5 horas, pero al parecer despertaras dentro de 2 días- dijo revisando un pergamino que llevaba en manos- Pero no te preocupes, el tiempo aquí es corto en sí, no lo sentirás como un suplicio.
- ¿Como así?
- En los sueños el tiempo es corto por así decirlo, se siente como si el tiempo no pasara; aquí en el palacio de los sueños es igual- camina hacia una puerta que estaba en un lado del salón- Ven sígueme- hago caso y ella abre la puerta, es una cocina hermosa
- ¿Y cómo me decías que te llamabas? - preguntó mientras ponía el pergamino en la isla de la cocina.
- Me llamo Samara- dije admirando la cocina.
- Entonces...- se puso unos guantes para horno- Samara, bienvenida... siéntate por favor- le hice caso y me senté en una de las sillas de la isla- Ya que eres mi nueva invitada podrás probar lo que estaba haciendo antes de que me avisaran que vendrías- abrió el horno y olía delicioso, sacó una bandeja llena de muffins- Mira, tenemos de chocolate, vainilla y avena con miel- se veían deliciosos.
- Adoro los de chocolate y los de avena con miel- le dije al instante.
- Excelente- los puso encima de un pequeño tronco que estaba encima de la isla- Espera, les falta la crema de mantequilla- abrió el refrigerador y sacó dos frascos- es una adición que tengo, los como con chispas y crema de mantequilla- sonreímos.
- Te comprendo - le dije.
- ¿Quieres té? ¿O prefieres el café?
- Ahora mismo me gustaría un té- dije con una sonrisa.
- Hecho - me sirvió el té y ella se sirvió una manzanilla.
Nos sentamos a comer.
- Y... ¿eres una clase de guardiana? - le pregunte curiosa.
- Algo así, aunque no nací para esta tarea, pero fui la primera en llegar aquí, y al parecer la última en irse- me dijo algo cabizbaja.
- Pero... ¿Como es eso? No entiendo- esto era algo raro- ¿Cuánto tiempo llevas aquí? - pregunte curiosa.
- Si- mire a todos lados y no había piscina o un lago- Pero no hay un lugar donde.
- Claro que si lo hay- camino hacia una parte del jardín donde solo había césped, lo piso y las plantas se empezaron a mover dejando ver la gran piscina- Vamos.
- Impresionante.
(...)
Pasamos todo el tiempo en la piscina, a la hora ya era de noche, según Terra pasa rápido el tiempo aquí.
Hicimos una fogata y vimos el amanecer, fueron como unas cortas vacaciones, pero ya había llegado el tiempo de irme.
- Gracias por todo Terra- le dije mientras nos abrazábamos.
- Gracias a ti, y gracias por acompañarme. Te diría espero verte de nuevo, pero no quisiera que estés aquí como yo- me sonrío- Tienes una vida.
- Pero... sé que te puedo sacar de aquí, si tan solo...- me interrumpió.
- No te preocupes, no hay manera, pero así estoy bien. Fue un gusto conocerte Samara Moon, y te diré que muy pronto sabrás más de mí y de otras personas.
- ¿Qué personas?
- Es momento que te vayas- me volvió a abrazar- Espero que los encuentres pronto, cuando lo hagas dales un abrazo de mi parte, y diles que Terra le manda saludos.
- ¿A quiénes?
No me respondió. De pronto todo se tornó negro.
El aire lleno mi pecho y sentí que mi cuerpo me dolía un poco.
Abrí mis ojos y una luz me cegó; pestañeo varias veces y me acostumbro a la luz.
- ¡Sam! - gritó Jess y se lanzó encima mío para abrazarme, se lo seguí enseguida- Bienvenida a casa- sonreí, como quiero a adoro a esta loca.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Tú decidiste Rechazarme