Tu Leti Ya Está Muerta, Llámame Leticia romance Capítulo 265

Jaime estaba viendo los mensajes cuando escuchó la voz de Leticia acercándose desde atrás.

Se asustó tanto que casi dejó caer su almuerzo al suelo.

Escondió el teléfono detrás de él.

"...Secretaria Fermínez, ¿cómo es que no estás almorzando con el Sr. Herrera?"

"Él está hablando por teléfono". Dijo Leticia con tono casual. "Me pidió que me alejara".

Jaime tenía gotas de sudor frío en la frente.

Si la secretaria Fermínez estaba alejada de la llamada de teléfono...

Probablemente el Sr. Herrera ya lo sabía.

"¿Por qué tienes esa cara?" Leticia le sonrió a Jaime.

Jaime apretó los dientes.

Tardecito que tempranito, la secretaria Fermínez iba a enterarse igualmente.

Era mejor saberlo de antemano y estar mentalmente preparado.

"Tú... míralo tú misma". Jaime le entregó su teléfono a Leticia.

Leticia comenzó a leer el contenido y su sonrisa desapareció rápidamente.

"¡Debe ser esa señorita Rosé que no se resigna! Seguro compró todas esas tendencias para difamarte a propósito", dijo Jaime apresuradamente. "Pero hay gente que te conoce y te está apoyando, ¡no estás sola!"

Leticia también lo veía.

Había muchos comentarios negativos relacionados con su nombre en las redes sociales.

Finalmente, después de comprometerse con Israel, lo que más temía había ocurrido.

"Dile al Sr. Herrera que me siento cansada y que me voy a descansar".

Leticia no vio mucho más antes de devolverle el teléfono a Jaime.

"Tengo mujeres en mi oficina también. De hecho, mi esposa me acaba de pedir que las despida a todas o se divorciará de mí. ¡Y, literalmente, me dijo que saldría sin nada!"

"La verdad es que nuestro Sr. Herrera no parece ser alguien que se deje seducir por mujeres. Esta vez, realmente está hechizado... Deja a la heredera millonaria y se casa con una secretaria sin ningún tipo de poder. ¿Quién sabe qué está pensando?"

Leticia respiró profundamente.

Los tres hombres se encontraban en el camino que Leticia tenía que tomar para irse. Así que salió con el rostro impasible.

"Si tienen tantas dudas, ¿por qué no preguntarle directamente?" La voz de Leticia sorprendió a los hombres, tanto que dejaron caer la ceniza del cigarrillo sobre sus manos, haciendo muecas de dolor.

Leticia dejó la frase en el aire, sin esperar a escuchar la explicación apresurada y confusa de ellos; simplemente se fue.

"¡Ahora sí estamos en problemas!" Los tres hombres tenían rostros preocupados.

"¡Culpen a esos dos por ser tan chismosos! ¿Desde cuándo hablamos mal de la gente a sus espaldas?"

"Espero que no vaya a contarle al Sr. Herrera lo que dijo..."

Los tres hombres se mostraron ansiosos y preocupados.