Tu Leti Ya Está Muerta, Llámame Leticia romance Capítulo 302

Dulcia miraba seriamente a Emilio. "¿No te lo había dicho ya? ¡Tu papá está muerto!"

Emilio: "..."

"Murió de una manera muy fea," Dulcia hizo una pausa," Por supuesto, como dijiste, no era precisamente un buen tipo, pero ya que murió, no lo pienses más... es malo para el karma".

Emilio miró hacia Leticia, sin responder al comentario de Dulcia.

Una de las principales razones por las que no hablaba mucho era porque estos adultos siempre pensaban que podían engañarle con unas pocas palabras, tratándolo como si fuera un niño ignorante.

Pero él no era ese tipo de niño.

Leticia estuvo mucho rato frente a la tumba.

Calculó que, ya era casi la hora de comer y entonces se fue del cementerio.

Cuando pasó por la oficina del administrador, echó un vistazo.

El antiguo encargado había enfermado gravemente hace un par de años y justo llegó a la edad de su jubilación, así que se jubiló.

Leticia estaba muy agradecida por los cuidados de ese señor todos esos años.

Así que contactó a su jefe y le dio al señor una propina extra todos los meses usando la excusa de su pensión de jubilación.

Los gastos médicos del señor, la parte no cubierta por el seguro, también fueron pagados totalmente por ella mediante el nombre de la empresa.

Pasaron cinco años.

Las cosas comenzaron a tomar un tinte nostálgico.

Un par de días después, Leticia llevó a Emilio y a Yolanda a visitar la escuela, los lugares en los que vivió cuando era niña, y los restaurantes donde solía comer.

Después de quedarse dos días en Valle San Rafael, Leticia llevó a los niños de regreso a Ourenca.

El segundo día después de llegar, Leticia fue llevada a jugar al golf. Él era el dueño de la otra parte del próximo proyecto en el que iba a trabajar.

Esa empresa líder en la industria de bebidas tradicionales había sido heredada a él tras tres generaciones hace diez años.

Obtuvo un título en una escuela de negocios y no quería que su empresa permaneciera estancada.

Por ello, quería expandir la influencia de la marca.

"Trato hecho, si ganas, tu hijo puede elegir cualquiera de mi colección," Sr. Ruan aceptó con entusiasmo.

¿Quién diría que alguien tan joven ya es mamá?

¿O es que se cuida muy bien?

El pensamiento cruzó por su mente justo cuando comenzó el partido.

Al principio, Sr. Ruan creyó que Srta. Banes simplemente quería regalarle un set de Legos.

Pero una vez empezar el juego, Sr. Ruan comenzó a darse cuenta de la situación.

El nivel de habilidad de Srta. Banes era casi profesional.

Simplemente no podía competir contra ella.

Como era de esperar, al final del juego, Srta. Banes ganó.

"¡Quién lo hubiera pensado, la Srta. Banes es más de lo que aparenta!" Sr. Ruan tiró de la comisura de su boca.