— Evan…— Lia habló sacando al hombre de sus pensamientos y divagaciones — Me quedé dormida — ladeó el rostro para ver los rayos de luz que asomaban por la ventana y supo que habían pasado toda la noche ahí, en el sofá.
Evan se había quedado dormido también, en algún momento de la noche había sucumbido al sueño, terminando dormido, abrazado al cuerpo de Lía.
Se despertó al sentirla moverse, molesto por dejar de sentir su calidez contra su cuerpo.
— Lo siento…— Se retiró de él algo avergonzada, cosa que se reflejó en el leve color rojizo que tomaron sus mejillas — ¿Pudiste descansar aquí, no estuviste incómodo?
—Estaba descansando muy bien hasta que decidiste moverte — le respondió con una sonrisa pícara, atrayéndola de nuevo hacia él — quiero seguir durmiendo, así que necesito que vuelvas a tu lugar entre mis brazos.
— Aún es muy pronto verdad — preguntó ella mirando hacia abajo y dándose cuenta de que todavía iba vestida de fiesta. — Pero debo ir a mi casa o mi primo empezará a preocuparse por mí.
Y como si lo hubiera invocado, su teléfono empezó a sonar haciendo que se levantara rápidamente del sofá y buscara de donde venía el sonido hasta dar con el pequeño bolso de fiesta donde tenía guardado el móvil.
Evan aspiró hondo al momento de escuchar el móvil sonar, casi maldecía en contra de ese primo cuando se dio cuenta del nerviosismo que ella empezó a tener
— ¿Qué voy a decirle?— preguntó al sacarlo y efectivamente ver que era su primo quién la estaba llamando.
—¿Por qué no me lo contaste?— preguntó al descolgar el teléfono — Ahora entiendo lo de ese estilista, joder, dime qué has visto la prensa, internet está que hierve con tu historia con ese hombre.
— Pero habla más despacio, me acabo de levantar y no entiendo nada.
Evan podía oír el parloteo de su primo al otro lado de la línea.
—¿Ya has visto la televisión? No paran de poner como tu nuevo novio, le rompe la cara al imbécil de tu ex, he tenido tantas veces ganas de hacer eso.
No pudo evitar interferir, tomando su móvil de sus manos.
—Debiste hacerlo, no solo quedarte con las ganas — respondió él directamente al primo de Lía, molesto al recordar el conflicto.
—¿Evan Anderson?— preguntó el joven al escuchar su voz y no la de su prima —¿Lia está contigo?
— Dámelo o va a preocuparse — pidió intentando recuperar su teléfono, pero Evan parecía no querer devolvérselo sin antes decirle un par de cosas.
—Si, ella está conmigo — respondió él, tratando de que Lía no recuperará su móvil — también volverá más tarde, tal vez hasta mañana. Así que tendrás que esperar para saber de ella.
Después de eso no esperó a que el primo de de Lía respondiera para colgar.
— Eso estuvo muy mal — dijo recuperando su teléfono al fin, pero estaba más ansiosa por ver de lo que hablaba Charlie que por discutir por lo que acababa de hacer Evan.

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