UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 118

—¿Está todo bien? ¿Le pasó algo a Adriana? —preguntó asustado, pero apenas Chiara puso la cámara del celular pudo ver a Adriana gateando por todo el departamento.

—Ella está bien, pero nosotras nunca tendremos hijos... —balbuceó Noémi mientras se limpiaba la frente con el dorso de la mano—. Te quería preguntar algo muy importante... ¿por qué caga tanto?

Zack se aguantó la risa y prefirió no preguntarle exactamente qué era esa mancha que tenía sobre una ceja. Ya bastante con lo desgreñada que estaba.

—Es normal. Los bebés son así, pero si las cosas se ponen muy difíciles puedes contratar a una enfermera especializada —respondió Zack—. ¿Se tomó su biberón?

—Bueno... se tomó como la mitad... —murmuró su hermana.

—¿Y qué pasó con la otra mitad? —preguntó Zack.

—Esa la está usando Chiara en su concurso de camisetas mojadas —dijo Noémi y Zack entendió perfectamente que le había lanzado el biberón encima.

De fondo escuchó gritos y un minuto después Chiara se sentó frente a la cámara con la bebé en los brazos.

—Todavía está entera, pero... este... ¿y si cambiamos con los chicos? —preguntó Chiara juntando las cejas—. Nosotras somos abogadas, ellos no, nosotras podríamos ayudar más...

Zack se aguantó la ternura. Aquella película se llamaba: "Dos incompetentes y un bebé".

—Haré lo posible, pero mientras, quítense las extensiones porque está empezando con la fase de tirar del cabello —les dijo.

—¿Extensiones? ¿Extensiones? ¿Este tarado quién se cree que somos? ¡Nosotras no usamos extensiones! —rezongó Noémi.

—Si, ya mejor cuélgale. ¡Extensiones! ¡Ja! —gruñó Chiara y cuando cortaron la llamada se giró hacia su gemela—. ¿Yo te quito las tuyas y tú me quitas las mías?

—Va, y por si acaso las pestañas también... Y mejor te bañas que hueles a vaca lechera.

—Sí pues... ¡tú tienes mierd@ en la frente!

—¿¡Quéeeeee!?

Colgó el teléfono y se tomó quince minutos para evaluar su siguiente movimiento. Luego se levantó de su asiento y fue a ver tocar a la puerta de la cabina de los pilotos.

—Necesitamos cambiar el curso del vuelo, ve si puedes solicitar un nuevo itinerario —le dijo a uno de ellos.

—¿A dónde quiere viajar, señor?

—A Virginia, Estados Unidos, cuando antes lleguemos, mejor —declaró él.

El piloto frunció el ceño y lo miró preocupado.

—Intentaremos comunicarnos con una torre de control norteamericana, quizás haya que repostar combustible antes, pero no veo problema. ¿Hay alguna urgencia en Virginia?

—Sí... —sonrió Zack para sus adentros—. Ahí están los super depredadores que necesito.