Resumo do capítulo Capítulo 0124 do livro UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 0124, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance UN BEBÉ PARA NAVIDAD. Com a escrita envolvente de Day Torres, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
Rizzuto abrió su computadora de nuevo y revisó su cuenta, a la que había ingresado en el acto todo el dinero.
Parece que usted es un hombre muy determinado, señor Keller.
—Así es.
—¿Necesita alguna garantía? ¿Una parte del cuerpo, quizás? —preguntó el viejo con frialdad.
—Me basta con su palabra, señor Rizzuto, estoy pagando por ella —dijo Zack con una sonrisa—. Desde ahora estamos tristemente vinculados, así que procure que no lo atrapen, porque no tengo ningunas ganas de ir a la cárcel por un asesinato encargado.
Vito Rizzuto se levantó sonriendo. Eso era lo mejor de todo, saber que ahora Zack Keller menos que nadie podía traicionarlo, porque tenía una transferencia de un millón de dólares que probaba su complicidad.
—Cumpliré con mi parte del trato, señor Keller —dijo Rizzuto mientras le estrechaba la mano con fuerza—. Cuando regrese a Vancouver ya su mujer estará en libertad y Mason Lee no volverá a molestarlo jamás.
—Eso espero, y espero que no volvamos a verlos nunca más.
Y con esas palabras, Zack salió de la habitación y desapareció en las sombras de aquella noche fría.
Salió de allí y no se molestó en ir hasta el hotel donde debía estarlo esperando el Director de la CIA. Iba con prisas, con un objetivo muy claro en mente y un destino, así que condujo hasta su propio hotel. Apenas atravesó la puerta tomó el mando a distancia y encendió la televisión tan alto como podía.
—¿Todo en orden? —preguntó asomándose al baño.
Mientras en el Le Blanc estaba todo el equipo de la CIA, volviéndose locos porque Zack había destruido el micrófono, en el lujoso baño de su habitación estaba Jhon Hopkins, con una única computadora y cara de felicidad.
—Todo perfecto —respondió—. Tenemos audio y video.
—Y algo más importante —declaró Zack mostrándole su teléfono.
Zack asintió mientras le daba un abrazo y se despidió como si se tratara de un viejo amigo.
—Si me necesitas, estoy seguro de que podrás encontrarme —le dijo.
Justo una hora después Zack se subía a un avión con destino a Vancouver y Andrea era arrastrada fuera de su celda por una guardia enojada. Ser sacada de su cama en plena noche no era normal, así que Andrea estaba aterrorizada, sus ojos se movían frenéticamente de un lado al otro tratando de encontrar cualquier cosa que le indicara la dirección en la que se dirigían. La guardia se daba cuenta, pero no le importaba.
Se detuvieron frente a una celda en solitario, un lugar mucho más frío y oscuro que el resto.
—No, espere... ¡Yo no he hecho nada! —exclamó ella con desesperación intentando resistirse, pero la guardia la golpeó con fuerza, fue empujada hacia adentro sin contemplaciones y la puerta se cerró a sus espaldas con un eco que resonó largamente hasta desvanecerse profundamente en su mente.
Andrea se dejó caer en la cama de piedra, sin manta y sin más compañía que el frío de la madrugada, y comprendió que lo que fuera que Zack hubiera hecho... no había salido bien.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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