Resumo do capítulo Capítulo 0234 do livro UN BEBÉ PARA NAVIDAD de Day Torres
Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 0234, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance UN BEBÉ PARA NAVIDAD. Com a escrita envolvente de Day Torres, esta obra-prima do gênero Romántica continua a emocionar e surpreender a cada página.
—¿Dónde está mi hijo?
—Danna se lo llevó —respondió Milo.
—¿Se lo llevó...? ¿Cómo que...? ¿Se fue? —lo interrogó con incredulidad.
—Dijo que estabas ocupado con alguien y que se iba con Lissa —contestó su hermano—. Solo te aviso, parecía bastante molesta.
—Sí, bueno, ¡pues ya somos dos! —gruñó Loan subiéndose al auto y conduciendo lo más rápido que podía hasta la casa.
Vio el auto del guardaespaldas en la acera del frente y por lo menos se sintió aliviado porque estaban protegidos.
—¿Danna? —llamó a la puerta y ella abrió poco después, ya en pijama y lista para dormir.
Se hizo a un lado para dejarlo entrar y él respiró profundo para digerir aquella frustración.
—Pudiste haberme esperado —le reprochó—. Casi me muero de la preocupación.
—Pudiste haberte puesto de mi parte —replicó ella—. Parece que ninguno de los dos estaba de ánimo para apoyar al otro esta noche.
Loan se mesó los cabellos.
—No es que me esté poniendo de parte de Ailsa, Danna. ¡Claro que estoy de tu parte, pero por eso mismo tienes que dejar ir ese odio! ¡Es no te está haciendo nada bien!
—¡Lo que no me está haciendo nada bien es tenerla cerca! ¡Lo que no me está haciendo nada bien es ver la lástima con que la miras mientras se hace la madre sufrida y abnegada delante de ti y tú te tragas el cuento! —espetó Danna.
—No me estoy tragando el cuento, pero no me gusta que trates mal a otras personas. Esa no es la Danna que yo conozco, una mujer llena de resentimiento y de odio, que dice palabras hirientes...
—¡Porque se las merece todas! —gruñó ella—. ¡No estuviste ahí para ver lo que me hizo!
—¡Se equivocó! —Loan se encogió de hombros—. ¡Era una bruja, en eso estamos de acuerdo! Pero todo el mundo se equivoca, Danna, y no puedes ir por la vida echando gente de tu lado solo porque se equivoquen. ¿Qué va a pasar cuando yo me equivoque, también me vas a echar? ¿Tampoco vas a dejar que vea a Mauro?
Loan asintió con molestia, pero no iba a armar un escándalo cuando los ánimos de los dos estaban tan calientes. Salió directamente a hablar con Sibar y le pidió que estuviera más atento que nunca, pero sabía que ni así lograría dormir aquella noche.
Sabía que Danna se sentía mal por todo lo que había pasado con su madre, pero tenía que madurar y seguir adelante, porque tenía un hijo y enseñarle a ser rencoroso no era lo mejor para él.
Al día siguiente cuando llegó a la casa vio que ni el auto de Danna ni el de Sibar estaban allí, así que ni siquiera se había molestado en esperarlo. Pasó un momento por el rink y se asomó lo suficiente para ver que Danna ya estaba entrenando, así que el bebé ya debía estar en la guardería de la oficina.
—Sé que es mucho pedir... —murmuró una voz tras él y Loan se giró para ver la expresión triste de Ailsa—, pero ya que no puedo conocer a mi nieto, ¿al menos hay una foto que me puedas enseñar?
A Loan se le hizo un nudo en la garganta. Solo podía imaginar a su madre en aquella misma posición, implorando por ver al menos una foto de uno de sus nietos.
—¿Sabe qué? —contestó—. El bautizo de Mauro será en una semana. Venga, a lo mejor en la casa de Dios Danna recapacita y la deja ver al bebé. Si no... al menos podrá verlo de lejos.
Ailsa sonrió con un rayo de esperanza y asintió.
—¡Claro que sí! ¡Ahí estaré! ¡Te juro que no me lo perderé por nada!
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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