UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 362

—Bien, si estás tan necesitado puedo dejar que te me trepes por una pierna en el avión, pero ahora vas a venir conmigo y vas a poner todos esos recursos que tienes en función de encontrar a mi hermano —replicó con determinación.

Jhon la miró directo a los ojos.

—¿Tu hermano?

—Zack Keller. Tengo entendido que te fue de gran ayuda hace unos días. Ahora tenemos una emergencia familiar y necesito localizarlo en Nigeria, así que me pareció que estarías más que de acuerdo en ayudarme a encontrarlo.

Jhon achicó los ojos con sospecha. ¡Aquella mujer parecía demasiado convencida!

—¿Y exactamente por qué estás tan segura de que te ayudaré? —le preguntó pegándose tanto a ella que si alguien no se había creído lo del embarazo, ahora, viendo cómo se miraban aquellos dos, nadie podría poner en duda que tuvieran algo muy íntimo—. Respóndeme. ¿Qué te hace creer que te ayudaré?

—Que yo sé que dejaste morir a Mason Lee a propósito —replicó Chiara.

Jhon miró a todos lados para asegurarse de que nadie la hubiera escuchado y la tomó del brazo para arrastrarla hasta el estacionamiento.

—¿De qué diablos estás hablando? —preguntó molesto.

—Lo que escuchaste —declaró Chiara—. Eres el director de Crimen Organizado, no un novato. Zack metió para ti varias cámaras en la casa del mafioso ese en Canadá, tenían todo preparado para arrestarlo ¡¿y me dices que no pudiste actuar cinco minutos antes!?

Jhon se acercó a su cuerpo peligrosamente.

—Será mejor que no te atrevas a repetir eso en voz alta en ningún lado —le advirtió y sintió que algo se le movía dentro cuando vio la mirada altiva y firme de aquella mujer.

El vuelo despegó de inmediato y Chiara clavó en él unos ojos interrogantes, porque las pupilas de Jhon no se despegaban de ella.

—¿Pasa algo, Jhon? —preguntó con curiosidad.

Él se echó adelante en su asiento, pasó los índices bajo las rodillas de Chiara y tiró de ella hacia su cuerpo con un gesto firme que la hizo ahogar un grito.

—¿No dijiste algo sobre ayudar a los necesitados? —preguntó muy cerca de su boca y la vio sonreír.

Jhon separó sus piernas con un gesto sensual mientras le acariciaba la cara interna los muslos con los pulgares. Él era dominante, extremadamente dominante, controlador, y posesivo, pero eso con Chiara Keller no iba a funcionar.

—Pues depende de qué tan bueno sea el servicio —susurró ella metiéndole despacio aquella braga de encaje blanco en el bolsillo del saco, y recostándose cómodamente en el asiento mientras lo miraba hacia abajo, entre sus piernas—. Ya puedes empezar a trabajar... Jhon.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD