El movimiento de Jhon fue preciso y habilidoso. Su bastón de golf fue a golpear la parte trasera de la rodilla de Heston, que cayó al suelo con un grito de dolor.
Él parecía relajado, como si estuviera dirigiendo una obra teatral en la que conociera perfectamente el desenlace.
—Chiara, ve a la habitación, amor. ¿Por favor? —En contraste con lo que estaba haciendo, su tono fue muy dulce y Chiara obedeció sin dudarlo, pero no se molestó en encerrarse, porque mientras Jhon estuviera allí, ella no tenía nada que temer.
En cuanto ella desapareció por la puerta, él pateó a Heston para que quedara boca arriba.
—No sabes la suerte que tienes, infeliz, yo tengo permiso de disparar armas en todo el mundo y tú estás traspasando propiedad privada —siseó—. No tienes idea de cuánto me estoy conteniendo para usar solo un maldit0 bastón de golf.
Lo descargó sobre un costado de Heston y lo vio intentar retroceder.
—Ya te di una oportunidad de huir —dijo con voz baja—. Y aun así regresaste para lastimar a Chiara. Así que no te daré otra.
Heston gruñó con los hombros desplomados. Era un espectáculo patético pero aun así su rostro estaba lleno de resolución.
—¡No puedes hacerme nada! —escupió con fiereza—. No le estoy haciendo daño a nadie, no le hice daño...!
—Estás violando una orden de alejamiento —respondió Jhon con frialdad—. Y eso es un crimen.
—Entonces que me lleven preso otra vez —lo desafió Heston—. ¡Volveré a salir bajo fianza y volveré a perseguir a la maldit@...!
Sin mediar palabra, Jhon lo pateó dos veces y Heston se encogió boca abajo tratando de protegerse. Intentó levantarse cuando sintió el bastón en la espalda pero el pie de Jhon se lo impidió. Heston ni siquiera podía imaginar lo que pasaría, pero aquel bastón se detuvo en algún punto sobre su columna y presionó.
—Tú no volverás a perseguir a nadie en tu vida —gruñó Jhon—. Mucho menos a mi mujer.
Su pie cayó violentamente sobre la cabeza del bastón, y lo siguiente que se escuchó fue el sonido doloroso del hueso aplastado y roto. Los gritos de Heston se alzaron en medio de la noche hasta que finalmente cayó desmayado, y Jhon respiró profundo antes de llamar al detective.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: UN BEBÉ PARA NAVIDAD
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