Un Vaquero Enamorado (COMPLETO) romance Capítulo 7

− No lo hago por mal mi niña, pero algunos hombres les hace falta un empujón de vez en cuando.

− Es cierto Megan, así son algunos hombres de duros. Por cierto, señora Grisell ¿ese cowboy está soltero? Ese tal Rodrigo.

− ¡Melisa no empieces! La riño su amiga.

− ¡Oh! parece que te ha gustado Rodrigo ¿eh? Te diré que él es todo un don Juan, se ha ganado esa reputación porque ha tenido novias en todos lados, menos aquí en el rancho. ¡Así que si le has puesto el ojo mi querida niña ten mucho cuidado!

− Melisa ese hombre puede romperte el corazón.

− Es cierto, si tú le has gustado seguro que irá a por ti. Y más si sabe que no te quedaras. Le dijo Grisell.

− ¡Debes ser precavida Mel por favor! Sabes que no nos quedaremos mucho tiempo.

− ¿Cómo qué no? Pregunto Grisell enfadada.

− Abuela sabes que tengo responsabilidades en Atlanta no me puedo quedar aquí por meses y dejar todo tirado por allá. Me gustaría que regresaras conmigo abuela.

− ¿Regresar? De nuevo a esa casa.

− Si no te gusta la podemos vender y comprar otra que sea de tu gusto abuela. Harías lo que te quisieras.

− Mi niña, me gusta aquí. ¡Y lo que quiero es quedarme en estas tierras!

Ya se imaginaba algo así, pero aun así la respuesta de su abuela le cayó como un jarrón con agua fría a Megan. Albergaba la esperanza de que su abuela le respondiera que sí, aunque sea por una temporada pero estaba enamorada de ese rancho. ¿Cómo podría persuadirla?

− Yo vivo en Atlanta y estoy sola, quiero que regreses conmigo abuela por favor no hagas esto difícil.

− Mi niña bella, no regresare Atlanta. Aquí está mi vida ahora y me gusta este rancho, llevo diez años aquí.

− Pero abuela yo... Casi que las lágrimas comenzaban a brotar. – ¿Cómo vamos a estar juntas?

− Bueno tal vez puedas pensar en la opción de vivir por los alrededores, hay muchos ranchos en venta y tienes las menaras económicas de hacerte con uno muy bueno.

− Abuela eso es una locura, yo no sé manejar un rancho. A duras penas y llevo el banco, como se te ocurre que llevare las riendas de un rancho.

− Aquí hay mucho personal competente, estoy segura que Jack no le molestara ayudarte.

Estaba más que claro que la citadina no abandonaría su hogar y sus lujos por mudarse a Texas solo porque su abuela estuviera encaprichada en vivir en aquel rancho donde el polvo y el calor eran sofocantes. Era de esperar que no encajara, pero a pesar de ello sentía una extraña sensación de que aquello le molestaba, pero que más le daba si a ella le gustaba o no su rancho total dudaba que ella eligiera vivir en el campo, a diferencia de su abuela sí que había encajado como anillo al dedo aunque se tomara atribuciones sin consultárselas a él, no es que el no pudiera colaborarle en caso de que a ella le diera por comprar una propiedad por los alrededores, pero el solo hecho de tenerla como vecina le erizaba la piel. Sabía que era de mala educación escuchar conversaciones ajenas así que su idea de beber agua del frigorífico tendría que ser reemplazada por el agua de chorro de las barracas.

− Abuela como se te ocurre que voy a estar molestando a Jack para ese tipo de cosas. Deja de estar diciendo tonterías que no pienso comprar un rancho ni nada por el estilo. Yo tengo mis negocios en Atlanta punto y fin.

− Puedes delegar todo eso a una persona competente mientras tú disfrutas de tu vida, eres muy joven para esclavizarte en ese mundo mi niña.

− Abuela por favor ya no quiero hablar más de ese tema.

− Deberías escuchar a tu abuela Megan, tal vez la vida en el campo no sea tan mala después de todo. ¡A mí me parece fascinante, me quedaría contigo si me lo pidieras!

− Lo dices porque te ha gustado ese vaquero. Le reclamo.

− Si no lo niego, ¡me ha impactado ese hombre pero eso no quiere decir que no me guste este lugar! Además puede que aquí conozcas a ese hombre que andas buscando.

− ¡Lo dudo!

− ¡Tal vez ya lo conociste! Le dijo en un tono que fue alerta para oídos de Megan.

− Un momento, ¿pretendes emparejarme con alguien de aquí abuela?

− ¿Y por qué no? Hay muchos solteros por estas regiones, solteros y guapos.

− ¿Es que tienes a alguien específico ya? Le pregunto en forma acusadora y achicando los ojos.

− Bueno a lo mejor sí.

− Ya lo sospechaba, crees que Jack se va a fijar en mí, ¡por Dios abuela!

− Claro que sí, seguro que lo impactaste. ¡Eres muy hermosa!

− Abuela te pido de la mejor manera que descartes tu idea de emparejarme con él, ya tengo suficiente pena quedando aquí e incomodándolo como para que vengas tú con tus acciones de casamentera.

− Bueno yo solo decía. Él es muy buen partido, es cariñoso y amable y sobre todo es muy atento.

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