NARRA RAQUEL
Para mi mala suerte la chica que estaba frente a mí resulto ser la insoportable de Alondra.
— ¡Lo que me faltaba! —Murmuré rodeando los ojos.
— ¿Cómo? —Habló la insoportable esa, después de chequear que su vestido no estuviera manchado con su bebida alzó la mirada hacia mí y me miro con cara de asco. — Ash, tenías que ser tú —Habló en tono molesta.
—Para mí también es un asco verte, querida —Dije, y fingí una sonrisa
— ¡Como sea! —rodeó los ojos— ¿No te disculparas conmigo? —pregunto, y arqueo una ceja— O sea, que aparte de torpe, también eres maleducada.
. —Suspiré—. Disculpa, no era mi intención. —Hablé sin ninguna expresión en mi rostro
— Si, como no —Habló con sarcasmo.
— ¡Adiós! —Hablé, iba a marcharme, pero su voz me detuvo.
— ¡No te vayas! Quédate, hablemos. —Habló amigable, sabía que sólo fingía, ella me detesta tanto como yo a ella.
—Olvídalo, no tengo nada que hablar contigo. —Hablé negándome, luego me di la vuelta, pero ella me tomó del brazo
— ¡Tú no te irás! Primero me dirás, ¿a qué viniste? —preguntó.
—No es tú problema Alondra —Hablé seria— ¡Y suéltame! —Dije, bruscamente me solté de su agarre.
— Oh, claro que sí lo es. De seguro viniste por Erick, ¿no es así?
—No vine por nadie y si lo que quieres es discutir conmigo, pierdes tú tiempo porque no lo haré, no le arruinaré este evento a... —Hablé, antes que terminara Alondra me interrumpió.
— ¿A Erick? —Habló, y arqueo una ceja.
—No, a la señora Daysi y a su esposo
— Si claro, a ellos —Habló con sarcasmo— Mira, por tú bien más te vale que... —Habló, justo en ese momento apareció Nicolás y la interrumpió.
— Perdonen, ¿interrumpo algo? —intervino Nicholas, y arqueo una ceja.
—No, no interrumpes nada —Hablé.
— Si, yo ya me iba. —Habló y se acercó a mí, juntando su mejilla con la mía— Ya lo sabes, no te quiero cerca de Erick —susurro en mi oído. — ¡Adiós amiga! Con permiso —dicho eso se marchó.
— Tardaste mucho —comenta Nicolas—. Ya empezaba a preocuparme por ti.
—Tranquilo, estoy bien, tarde porque me quedé retocando mi maquillaje —mentí.
— ¿Segura que lo estás? —pregunto arqueando una de sus cejas
—Si, bueno no, ese trago me cayó un poco mal.
— Oh, perdóname, no debí darte...
—No pidas perdón, no fue tú culpa —hablé sonriendo.
— Bueno, si tú lo dices —sonrió de lado
— ¿Podrías llevarme devuelta al departamento de Joel? —pregunté.
— Si eso quieres, sí, vámonos —Habló, luego salimos de ese lugar.
En la salida del club me encontré con Ricardo, nosotros estuvimos platicando unos minutos mientras esperaba que Nicolás volviera con su automóvil; él me conto algunas cosas, entre ellas que Schadia vendrá en unas semanas, escuchar eso me alegro mucho, ella me hace mucha falta.
Nicolás detuvo el auto frente a nosotros, luego se bajó y me abrió la puerta del mismo, me despedí de Ricardo y me subí al automóvil. Después que cerró la puerta Nicolás se subió y comenzó a manejar.
En pocos minutos llegamos al edificio donde vivo con Joel, Nicolás estaciono el automóvil y como todo un caballero se bajó luego del carro, camino a mi puerta y la abrió.
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