PDV Teresa
— ¿Por qué no te
quitaste como te dije Teresa? —me pregunto Tomas mientras acercaba su rostro al
mío.
— ¿Eso me dijiste?
— ¿No me
escuchaste? Te dije que te levantaras para que no me corriera allí abajo.
—Tenía mucho en
la cabeza para prestarte atención Tomas.
— ¿Y qué quieres
decir con eso?
—Nada —me levante
después de decir esto último y empecé a poner la ropa que me quite.
— ¿De verdad no
quieres hacer nada más?
Quiero hacerlo,
pero creo que ya no hay tiempo, y era mejor no seguir, se podría salir de
control todo.
—No Tomas, te lo
dije, espera a que acabe el acuerdo.
—Me estas matando
Teresa… ¿Sabes cuánto tiempo llevo sin hacerlo?
—Espero que lo
mismo que yo Tomas.
—…
PDV Clara
—Bueno, Vincent
yo pienso que...
— ¡Lo mismo
pienso yo Clara!
—Vincent déjame…
— Esto me
recuerda a cierta historia.
Este idiota me
pone de los nervios, no me deja terminar lo voy a decir, entiendo por qué Tomas
lo golpea tanto.
—Sabes Clara… cuando mi hermana cuando tenía 9
años le pregunto a una idiota que era masturbarse y le dijeron que era
como correr cuando te agitas mucho, la
tonta de Mía iba pensando que masturbarse era correr y la tonta en pleno
partido de futbol cuando yo tenía 14 empezó
a gritarme “tu puedes hermano, mastúrbate rápido como lo hace en casa”…todos se
nos quedaron viendo a ambos, no pude seguir jugando más… mi equipo perdió por
que ya no tenía al Saint de su lado.
Me termino
imaginando esta escena y me dio risa, creo que eso fue antes de que estos 2 se
empezaran a pelear por culpa de su padre.
—Nunca la perdone
por eso Clara.
—Eso es porque
eres aun no has madurado Vincent.
— ¿Y tú si?
— ¿Tu qué crees?
—Bueno hay una prueba
fácil de hacer para las mujeres.
— ¿Una prueba?
—Si, a las
mujeres antes de niñas les molestaba que le jalaran el cabello, cuando son
adultas les gusta, te das cuenta de esa forma Clara, te das cuenta de que
maduraste cuando de niña llorabas por esos jalones que te daban pero ahora te
gusta que te lo hagan.
— ¿No hablaras en
serio?
—Claro que sí, es
más vamos a hacer la prueba —Vincent estiro la mano al decir esto.
— ¡Que ni se te
ocurra!
—Vamos, ¿Por qué
alejas tu cabello Clarita? No dolerá, te encantara.
—Ni lo pienses
Vincent, si lo haces le diré a Tomas.
—Huy que miedo,
eso me recuerda a otra historia.
— ¿Cuántas
historias tienes Vincent?
—Mi infancia fue
muy particular Clara, tengo mucho que hablar de eso, y si contamos a Mía, pues
nos extendemos el doble.
—Por desgracia ya
no tengo tiempo, mira, ya me has mantenido aquí mas hora y media, solo te di 1
hora solamente.
—No te forcé a
quedarte Clarita.
—Qué bueno, me
tengo que ir.
— ¿Segura? Hay
mucho más de mí que amar, ¿Por qué no te quedas aquí para que olvides a Tomas y
te encapriches conmigo?
— ¿Sabes que
espero un hijo?
—Ese niño es de
Tomas, lo cuidare como si fuera mi propio muchacho, ¿Qué te parecería formar
una pareja de 3?
—Adiós Vincent
—me levante de mi asiento al decir esto.
Al final no pude
comentarle a Vincent nada de lo que tenía planeado, el tonto llevo el ritmo de
la conversación todo el tiempo.
Me gire un par de
veces para verlo, se despidió de mi con una sonrisa mientras tomaba su
teléfono, me subí a mi auto y fui con Tomas, dure demasiado aquí.
PDV Teresa
Poco después de
vestirme allí abajo mientras Tomas me daba una mirada renuente, recibí un
mensaje en mi teléfono, era Vincent, al parecer ya no pudo entretener más a
Clara y ahora venía en dirección a la casa de Tomas.
Me sentí algo
culpable con Vincent por lo que acaba de hacer, tuve que sacudir la cabeza para
quitarme esos pensamientos.
— ¿Quién es? —me
pregunto Tomas.
—Solo un amigo.
— ¿Es Vincent?
—Tomas, ¿Sabes
que yo conozco a más gente a parte de él?
—Puede ser.
— ¿Puede ser?
—Como sea, ¿Qué
te dijo Vincent?
—Que no es
Vincent.
—La reacción de
tu cuerpo me dice lo contrario.
Maldición.
—Bueno, es él,
solo me está saludando nada más, es todo.
—Ya veo, ¿Cómo le
vas a decir que quieres estar conmigo y no con él?
Mmmmmm…. Allí el problema…
¿Sera que lo acepta?
—No lo sé,
pensare en eso después, necesito
pensarlo.
—Solo díselo y
ya.
—Pareciera que no
lo conoces Tomas, es mejor usar palabras que causen menos impacto en él.
—No es un niño
Teresa.
—Parece uno.
—Ese niño se ha
acostado con más de 100 mujeres distintas en su vida y va a clubes para
desvirgar vírgenes por el placer que le provoca.
—Bueno, pero en
el fondo es un niño Tomas… en ciertas maneras, es mejor ser lo más suave
posible.
—Bien, veamos qué
piensas para suavizar el golpe como quieres hacer.
—Tú deberías
ayudarme con ese asunto Tomas.
—Debería, tu
misma lo dijiste, debería.
—…
—No es la gran
cosa Teresa, se lo diremos después.
—Bien, ya me
tengo que ir.
—Te acompaño a la
salida.
Camine junto con
Tomas al portón de su casa, este lo abrió y me despedí de él, tenía pensando
solo despedirme de él con un beso en la mejilla, pero este último me tomo con
sus manos me hice darle uno en los labios.
No pude separarme
de él por varios segundos, cuando lo hice le di un pequeño golpe en la parte
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Vendiendo mi virginidad... AL CEO